Florencia G. Rusconi (*)
La situación en Oriente Medio se complica al haberse cumplido el primer año de un conflicto que se ha extendido a Siria e Irán. En medio de este fuego cruzado están los cascos azules de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Así las cosas, el Consejo de Seguridad de la ONU creó La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano, (FPNUL; Unifil, por sus siglas en inglés), que es una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas establecida el 19 marzo de 1978 por las resoluciones 425 y 426 del Consejo de Seguridad de la ONU, y varias resoluciones adicionales a fin de garantizar que el gobierno del Líbano restableciera su autoridad efectiva en la zona, a raíz de la insurgencia palestina en el sur del Líbano y la guerra civil libanesa, ampliando las tareas adicionales al mandato, como la ayuda a las personas desplazadas.
El mandato de la FPNUL es renovado anualmente por el Consejo de Seguridad de la ONU; la última vez que se extendió fue el 28 de agosto de 2024, con la aprobación de la resolución 2749 del Consejo de Seguridad. La renovación es por un año más, hasta el 31 de agosto 2025, en uno de los momentos más tensos vividos en la zona de su despliegue, con intercambio casi diario de ataques entre Israel y la milicia libanesa de Hezbolá.
La FPNUL está compuesta por 10.000 efectivos de mantenimiento de la paz de 46 naciones, cuya misión es ayudar al ejército libanés a proteger el sur del país de “personal armado no autorizado, como Hezbolá”. Su financiación es aprobada anualmente por la Asamblea General .
En tanto, la FPNUL está siendo víctima de ataques repetidos por parte de Israel en los últimos meses, en especial en octubre. Las fuerzas israelíes han atacado varios puestos de los cascos azules en el sur libanés como parte de su ofensiva terrestre que las ha llevado a invadir Líbano, iniciada el 30 de septiembre pasado, en su batalla contra Hezbolá. Tel Aviv niega que sean deliberados, pero, si no lo son, hay coincidencia entre los países que componen la fuerza en que tiene margen para ser más cuidadosos y no hacer blanco en sus tropas, que justamente están desplegadas para mantener la paz.
Ya son 20 los militares heridos en andanadas de Israel, aunque sólo uno de ellos necesitó ser operado. Las consecuencias no han sido muy graves, pero el hecho de que un personal internacional destinado a un territorio para vigilar la paz sea tiroteado y le sea arrojado gas ya es suficientemente grave. “Una violación del derecho internacional”, en palabras del secretario general de la ONU, António Guterres.
Los hechos
El episodio más grave conocido hasta ahora es el denunciado el pasado 13 de octubre, cuando la misión de paz de la ONU en el sur del Líbano sostuvo que los tanques israelíes entraron por la fuerza en una de sus posiciones. En un comunicado, indicó que dos tanques de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) destruyeron la puerta principal de un puesto en Ramyah, cerca de la frontera israelí, y “entraron por la fuerza en la posición” para solicitarle que apagara sus luces.
Aproximadamente dos horas después de este suceso, se escucharon disparos en las cercanías de la posición, que hicieron que entrara humo en el campamento, lo que causó que 15 miembros de las fuerzas de paz sufrieran irritaciones en la piel y reacciones gastrointestinales.
Las FDI ofrecieron una versión diferente de los hechos, diciendo que habían invadido una posición de la FPNUL para evacuar a soldados que habían sido heridos por un misil antitanque. Dos soldados resultaron “gravemente heridos” en el ataque, mientras que otros sufrieron heridas de menor gravedad. La evacuación se hacía de manera urgente, dicen. “Para evacuar a los heridos, dos tanques retrocedieron, en un lugar donde de otra manera no podían avanzar ante la amenaza de disparos, unos metros hacia la posición de la FPNUL”, indicaron.
Durante el incidente, insisten, se disparó una cortina de humo para facilitar la evacuación y que se mantuvo “contacto continuo” con la ONU, subrayando que no había ninguna amenaza para la fuerza de la UNIFIL por parte de las actividades israelíes.
Enfrentamiento entre Israel y la ONU
Guterres, en tanto, no lo ve tan claro y ha advertido de que cualquier ataque contra las fuerzas de paz “puede constituir un crimen de guerra” y agregó: “El personal de la FPNUL y sus instalaciones nunca deben ser atacados”. Y nunca es nunca. “Los ataques contra las fuerzas de paz violan el derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario”, afirmó Guterres, según un comunicado de su portavoz.
El del domingo 13 de octubre no es el último de un número creciente de enfrentamientos entre la FPNUL y las fuerzas israelíes.
Tel Aviv ha instado reiteradamente a la fuerza de mantenimiento de la paz a retirarse de las zonas del sur del Líbano donde se estaban produciendo combates. El más claro fue su primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien no rogó o pidió sino que ordenó a la FPNUL que retire “inmediatamente” a sus tropas “del peligro”. Fue en una declaración en video emitida por su oficina el mismo domingo, en la que afirmaba que la presencia internacional en la región los convierte en “rehenes de Hezbolá”. Mucho más contundente que su primer llamamiento de que estas tropas se trasladaran cinco kilómetros más al norte, para dejarlos actuar.
Cada vez que Israel ha reclamado que se vayan, la ONU se ha negado. Su compromiso es con el mandato que llevó a los efectivos a la zona, la resolución 1701 de su Consejo de Seguridad. Una postura en la que ha encontrado el aval de 40 países, incluyendo Estados Unidos, que han defendido la vigencia de la misión. Estados con personal en la zona como España, Francia, Italia o Reino Unido han dicho que su trabajo es “vital”.
El Gobierno de Netanyahu ha llegado a nombrar a Guterres persona non grata.
La situación ya preocupa, porque aparte del incidente del 13 de octubre, la ONU ha informado de cuatro ataques más a sus fuerzas, que se han saldado con cinco soldados heridos. “Recordamos a las Fuerzas de Defensa de Israel y a todos los actores sus obligaciones de garantizar la seguridad del personal y de los bienes de las Naciones Unidas y de respetar la inviolabilidad de las instalaciones de las Naciones Unidas en todo momento” dijo el portavoz de FPNUL.
Cuatro de los heridos sufrieron heridas leves por disparos de un tanque Merkava israelí (dos eran de Sri Lanka y los otros dos, de Indonesia); un quinto fue intervenido quirúrgicamente, por una bala cuyo origen no está claro.
Netanyahu lo obvia y dice que los líderes mundiales que se quejan de lo ocurrido deberían dirigir sus críticas hacia Hezbolá, no hacia Israel.
Más aún: la FPNUL añade que el sábado las tropas israelíes les habían impedido realizar un movimiento logístico “crítico” cerca de Meiss El Jebel, también un punto próximo a la frontera. En la primera semana de ofensiva terrestre, Israel también colocó carros de combate y blindados junto a posiciones de la Unifil, en una zona a cargo de Irlanda.
Eso contrasta con la afirmación de Tel Aviv de que Hezbolá ha disparado alrededor de 25 cohetes y misiles en el último mes desde sitios ubicados cerca de las instalaciones de Naciones Unidas, acusando a los chiíes de “aprovechar su proximidad a las fuerzas de la ONU”. “Esto pone en peligro tanto a sus soldados como a nuestros soldados”, añadió Netanyahu. “Lamentamos que los soldados de la FPNUL hayan resultado heridos y estamos haciendo todo lo posible para evitarlo. Pero la manera más sencilla y obvia de evitarlo es simplemente sacarlos de la zona de peligro”, enfatizó.
Israel añade que la misión no ha logrado estabilizar la región ni impedir que los combatientes libaneses operen al sur del río Litani, una de las razones esenciales para la presencia de la ONU allí. Días atrás, había dicho que estaba actuando con base en una resolución de la ONU de 2004 que pedía la disolución de los grupos de milicianos y que su reclamación de que las fuerzas de paz se retiraran era para poder enfrentarse a Hezbolá. Sin embargo, obvia nuevamente Israel que su gabinete es el que ahora ha ordenado una incursión terrestre, es decir, la invasión de un país soberano como Líbano y entrando por una zona sobre la que pesa una resolución que ahora ellos también incumplen.
¿Quiénes son los cascos azules?
Es una “fuerza de emergencia” establecida por la ONU.
En 1948, el Consejo de Seguridad de la ONU abogó por la creación de una fuerza multinacional que pusiera fin y supervisara el cese de las hostilidades entre Egipto e Israel. Esta misión no fue militar sino que los efectivos estaban presentes como observadores.
Los cascos azules es un ejército único en el mundo, que nunca participa en actividades de guerra sino más bien en detener las hostilidades y garantizar un alto el fuego. Una “fuerza de emergencia” de la ONU que lleva años trabajando por la paz.
Integrada por tropas armadas abastecidas y pagadas por los Estados miembros de la ONU, los cascos azules fueron creados en 1956, con motivo de la crisis de Suez y están integrados por unos 46.000 hombres. Decidida por el Consejo de Seguridad o por la Asamblea General de la ONU, su intervención no puede ocurrir sin el consentimiento de los Estados en conflicto.
“Cascos azules” es un término informal adoptado para la fuerza militar internacional de la ONU; deriva del color del casco suministrado a las tropas. El personal de mantenimiento de la paz de la ONU está formado por departamentos puestos a disposición del Consejo de Seguridad, a petición de éste, por los países miembros de la ONU para contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
Éstas son fuerzas no combatientes. El propósito de su uso es dividir a los contendientes, prevenir la propagación de conflictos, monitorear el cumplimiento del “alto el fuego” y, en ocasiones, actúan también en misiones humanitarias de emergencia como cuando se produce una catástrofe natural.
Además, ganaron el premio Nobel de la Paz en 1988.
¿Qué pasa si fallece un casco azul? La respuesta de Naciones Unidas es que no habrá una respuesta militar a eso; y es muy posible que una muerte se produzca, por eso se adoptan esas medidas de seguridad.
Una fuerza imparcial
Guterres insistió en la importancia del papel que juega FPNUL cuando dijo: “Necesitamos estar allí. Necesitamos tener una fuerza imparcial en el sur del Líbano que pueda seguir informando al Consejo de Seguridad”.
Andrea Tenenti, portavoz de la FPNUL, señaló que lo que no tiene en este momento la misión de la ONU es la capacidad de prestar asistencia a las comunidades locales.
Miles de personas han abandonado el sur del Líbano, pero todavía hay mucha gente que necesita los suministros más básicos. El portavoz comentó haber visto la destrucción, y a muchos civiles negarse a evacuar los pueblos.
“Más de 350.000 personas abandonaron el sur del Líbano, pero algunas no pueden irse porque no tienen un lugar adónde ir. No tienen otras zonas adónde ir. La gente quiere quedarse en sus pueblos, y lo que interesa ahora es garantizar que se les atienden las necesidades más básicas”, observó.
El problema en este momento es que FPNUL ha estado intentando coordinar con las agencias de la ONU y la Cruz Roja para para prestar asistencia conjuntamente, pero la mayoría de las veces esas actividades no pueden llevarse a cabo debido a los intensos bombardeos.
“Las partes no nos daban garantías de que podamos desplazarnos a todos esos lugares. Así que es muy preocupante. Y es importante que todo el mundo entienda que tenemos que proteger a los civiles, y tenemos que proporcionar ayuda a la gente que queda en el sur del Líbano”, añadió.
Solución política y diplomática
La presencia de FPNUL es “más crucial que nunca”, aseguró Tenenti, en una entrevista con Noticias ONU, después de que en los últimos días las posiciones de la ONU hayan sido atacadas por Israel.
El portavoz abogó por “una solución política y diplomática” del conflicto: “Es importante que los Estados miembros intervengan y encuentren soluciones viables a este conflicto, porque, como he dicho, las soluciones militares que estamos viendo ahora mismo no son la solución. La única solución es la política y diplomática#.
Acerca de si los ataques de Israel contra las fuerzas de paz violan el derecho internacional, Tenenti respondió afirmativamente: “Esto no es sólo una violación de la resolución 1701 (del Consejo de Seguridad, que crea FPNUL y su mandato), también es una grave violación del derecho internacional humanitario. Las partes tienen la obligación de proteger a las fuerzas de mantenimiento de la paz y garantizar la seguridad de nuestras tropas.
En conclusión, el rol de los cascos azules en el Líbano es ahora más importante que nunca.
(*) Abogada. Docente jubilada de Cátedra Derecho Internacional Público. Facultad de Derecho, UNC
Un artículo con un desarrollo muy prolijo y certero en el análisis especifico de la política de superficie del conflicto bélico.
Es de una impecable corrección tal como usted nos tiene acostumbrados.