Con una numerosa concurrencia que mostraba la asistencia de representantes de distintos sectores del ámbito profesional, productivo y político de la Provincia, tuvo lugar el festejo de Comercio y Justicia por sus primeros 85 años de vida.
Muy bien servido, en lo sólido y lo líquido. La coctelería, impecable. La carne mechada en sanguchitos con mostaza, se llevó los premios en una competencia cabeza a cabeza con las empanadas y las cazuelas de pollo y carne.
Durante los festejos hubo momentos para el recuerdo, y para el futuro. En las charlas que mantuvimos con destacados miembros del Poder Judicial de Córdoba y de la Justicia Federal, al igual que con distintos colegas, coincidíamos, no solo en lo agradable del encuentro, sino también y, por sobre todo, en la marca que ha dejado en nuestra vida profesional la lectura “del Comercio y Justicia”. Pocos medios se han metido tanto en el mundo jurídico, el cordobés en este caso, como este diario.
Luego de disfrutar del buen jazz ejecutado por la destacadísima “Small Jazz Band”, comenzó la hora de los discursos oficiales, los que como es de rigor, abundaron mayormente en los lugares comunes de siempre.
Por su parte, y como si adivinara lo que veníamos charlando en el viaje de ida al Centro de Arte Contemporáneo Chateau Antonio Seguí donde se llevó a cabo el festejo, Liliana Franch, en su discurso, habló de los desafíos de hacer periodismo hoy en día, “en un mundo donde la veracidad de las noticias está cada vez más en juego, con el constante desafío que enfrenta el derecho a la información de la ciudadanía y el derecho a la libertad de prensa”.
Destacó además el “fenómeno de las fake news y la utilización poco ética de la inteligencia artificial”, que, en este escenario de fuertes transformaciones, obligan a poner “el acento en la defensa de la información de calidad, veraz y especializada y en nuestro equipo de talento humano, donde la tecnología es una aliada imprescindible siempre y cuando esté correcta y éticamente guiada por la labor humana”.
Coincidimos en que los medios de hoy no la tienen nada fácil. No solo es la búsqueda de la noticia, sino la oportunidad en que se da y el nicho de público al que llega, su accesibilidad y la posibilidad de posicionarse en la dimensión virtual en cientos de miles de otras.
Que los espacios y formas en los cuales se genera la comunicación y el intercambio de información, sean mayormente entre usuarios y productores de contenido digital, también plantea su parte de dificultad. Ya no es el cable, se trata del streaming y en breve aparecerá otra cosa. La sociedad de la información ha mutado formatos desde el inicio mismo de tal concepto hace ya unos treinta años.
En todo ese tiempo, la información ha cobrado cada vez más centralidad en la vida diaria, al punto de casi emanciparse de medios o presentaciones. El fenómeno de la viralización de contenidos digitales es más que ilustrativo de eso: cualquiera puede ser tendencia, pero también, esa amplia accesibilidad deja abierta la posibilidad de errores, acoso digital o directamente, mentiras deliberadas.
Para complejizar aún más el asunto, como comentábamos con algún magistrado, la actuación digital provoca una sensibilidad en las nuevas generaciones, como nativos digitales que son, a las que nosotros, parte de la cultura “analógica” por ahí no podemos llegar a entender en su cabal dimensión.
Todas esas cuestiones demandan no poco del derecho, y aun más de sus actuarios: debate, estudio, nuevas formulaciones jurídicas. Y en medio de esta época de cambios, Comercio y Justica sigue vigente como apoyo de fuste en tales actividades.
Es así que adaptándose a los nuevos tiempos y preparándose para los nuevos desafíos, continúa acompañando a la sociedad cordobesa informándola de manera independiente y poniendo a disposición de los profesionales las últimas y más relevantes novedades de los distintos ámbitos laborales.
Agradecidos por permitirnos formar parte “del Comercio y Justicia”, y esperamos que sean muchos más los años de periodismo independiente y de calidad por prodigar.
(*) Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas. (**) Abogado. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales.