Por Luz Saint Phat / lsaintphat@comercioyjusticia,info
Una comparativa de los últimos 14 años muestra un incremento en los casos a nivel internacional, según adivrtió Statista
Aún en un contexto de avances tecnológicos que podrían simplificar las tareas laborales de los seres humanos, la realidad es que el ámbito del trabajo presenta indicadores preocupantes en cuanto a la salud mental, ya que cuatro de cada diez personas encuestadas en un estudio internacional afirmaron padecer de estrés laboral.
El dato fue destacado en la información diaria que publica la consultora Statista en su sitio web, sobre la base de información proporcionada por la encuestadora Gallup.
La cuestión central es que el porcentaje de personas que manifiestó vivir o haber vivenciado esta situación se incrementó en los últimos catorce años de 31% a 41%, según precisó el gráfico que elaboró Statista y se encuentra disponible online.
“Los empleados de todo el mundo sufren niveles altos de estrés, están poco comprometidos con su trabajo y cada vez se pelean más con sus jefes”, alertó el comunicado de la consultora, al referirse a los principales resultados de la encuesta State of the Global Workplace 2024 Report de Gallup, efectuada en más de 160 países.
El análisis de estos datos indica, según la nota firmada por María Florencia Melo, que “el problema del estrés es probablemente el más notable del estudio: en todo el mundo, el 41% de los empleados encuestados en 2023 dijeron que experimentaron mucho estrés en el trabajo el día anterior, tres puntos porcentuales menos que los resultados de la encuesta del año previo”.
Además, se alertó de que “aunque en el estudio no se revela qué factores están contribuyendo a ese estrés, pues Gallup no lo pregunta, el informe sí plantea la hipótesis de que factores internos, como el propio trabajo y el bajo compromiso, sumados a factores externos, como la inflación, pueden estar elevando los niveles de estrés”.
Sin embargo, destaca la nota de Statista, existen heterogeneidades en este tema, dependiendo de la región del mundo donde habitan las personas que participaron del estudio. Así, se observó que los trabajadores de Medio Oriente y África del Norte registraron los niveles más altos de estrés diario a nivel global (52%), mientras que en América Latina y el Caribe (44%) y en Europa (37%) el estrés declarado fue menor.
“En todo el mundo, el estrés fue mayor entre los trabajadores menores de 35 años y los que trabajan exclusivamente en lugares remotos o híbridos”, se advirtió.
OMS
Por otro lado, datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten sobre este tema, sobre todo considerando que el pasado 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, que justamente focalizó en este tópico del bienestar en los entornos laborales.
En esta línea, la entidad internacional enfatizó en el “el trabajo decente es bueno para la salud mental”, aunque “los entornos laborales deficientes que, por ejemplo, dan cabida a la discriminación y la desigualdad, las cargas de trabajo excesivas, el control insuficiente del trabajo y la inseguridad laboral, representan un riesgo”.
De hecho, para 2019, se estimó que 15% de los adultos en edad de trabajar poseen un trastorno mental. En tanto, se estima que, cada año, se pierden 12 mil millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, a un costo de mil millones de dólares por año en pérdida de productividad.
“Aunque los riesgos psicosociales pueden encontrarse en todos los sectores, algunos trabajadores tienen más probabilidades de estar expuestos a esos riesgos que otros, por la labor que realizan o los entornos en que se desempeñan y la manera de hacerlo. Los trabajadores de la salud, humanitarios o en situaciones de emergencia a menudo tienen que realizar tareas que conllevan riesgos elevados de exposición a eventos adversos, lo que puede afectar negativamente a su salud mental”, advirtió la entidad.
Además, la OMS precisó que “las recesiones económicas o las emergencias humanitarias y de salud pública provocan riesgos como la pérdida de empleos, la inestabilidad financiera, la reducción de las oportunidades de empleo o el aumento del desempleo”.
Así, también se advirtió de que “el lugar de trabajo puede constituir un entorno que amplifique problemas generales que afectan negativamente a la salud mental, incluidas la discriminación y la desigualdad basadas en factores como la raza, el sexo, la identidad de género, la orientación sexual, la discapacidad, el origen social, la condición de migrante, la religión o la edad”.
Finalmente, se observó que “las personas con trastornos mentales graves tienen más probabilidades de ser excluidas del empleo, y de ser objeto de trato desigual cuando están empleadas”.
No obstante, se alertó de que “permanecer sin trabajo también representa un riesgo para la salud mental”, de hecho, señaló la misiva la organización, el desempleo, la inseguridad laboral y financiera y la pérdida reciente del empleo son factores de riesgo de intento de suicidio en la actualidad.