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A pocos meses de que se cumplan 25 años del inicio del proceso de creación del Instituto Argentino de Responsabilidad Social y Sustentabilidad (IARSE) -formalizado luego legalmente a inicios de 2001- vale la pena rescatar, con la perspectiva que sólo regala el tiempo, un proceso que no siempre se hace tan evidente de observar: la ocurrencia de todo un ciclo completo de recambio generacional, en torno a un tema que ya casi ocupa un cuarto de siglo en Argentina.
Si bien el mundo empresarial tiene su propio equilibrio, que nace precisamente de su capacidad para generar un dinamismo de cambios constantes, lo real es que -del año 2022 a esta parte- se van registrando importantes procesos de recambio en las estructuras de sustentabilidad que se fueron creando en las empresas líderes de la Argentina a partir de los primeros años del nuevo siglo.
Dato no menor para IARSE, que tuvo el audaz privilegio de intervenir de manera directa en la sensibilización y la formación, de la que luego se constituiría en la primera camada de animadores, promotores, gerentes y coordinadores de las incipientes áreas de responsabilidad social empresarial (RSE) del país. Junto a ellos, también se forjaban nuevos formadores e impulsores en la materia.
Desde ese momento de la historia, se puso en marcha en torno al tema, un proceso espontáneo, potente, contagioso y expansivo. Partió con la creación de los primeros espacios de encuentro y formación entre personas que compartían inquietudes, preguntas y desafíos; y que luego, mientras comenzaban a “aprender a aprender juntos”, se fue consolidando en lo que hoy podemos definir como una gran red de confianzas profesionales.
Un cúmulo potente de energías que atraen a nuevos miembros, y que se multiplican, tal vez por poseer la virtud de incluir con alegría a una enorme diversidad cultural, de personas, organizaciones y actividades.
Se fue construyendo y expandiendo un entrelazado de relaciones humanas, donde circula un lenguaje que se renueva al son de las exigencias y demandas de nuevas realidades locales y globales. Un lenguaje que, a la par, se traduce, recrea y comparte y tiene una particularidad: quien lo aprende, inmediatamente lo pone a prueba y lo confronta con la realidad.
De allí nace y crece, se expande y se renueva un creciente y destacado grupo de personas: las que en su momento se tornaron en pioneras y referentes de esta nueva praxis en el ámbito empresarial y que están completando el ciclo vital de circularidad de la vida; y las que a partir del recambio generacional, toman una posta impulsadas por la inspiración y la generosidad de sus antecesores.
Es precisamente esa la misión del IARSE: “Generar conocimiento público para promover y difundir el concepto y la práctica de la Responsabilidad Social, a fin de impulsar el Desarrollo Sustentable de Argentina y la región”. Eso se hace, entre otras cosas, impulsando el ir y venir permanente de la teórica a la práctica, y de ésta al aprendizaje por sistematización de experiencias.
Y aquí es donde vuelven a aparecer las personas que ofician de pioneras; ellas son -nada más y nada menos- quienes asumieron con coraje la implementación de una serie de conceptos teóricos para transformarlos en prácticas y resultados concretos dentro de organizaciones exigentes.
En ese desempeño, que tiene la dificultad y la complejidad de un arte, estas personas acumulan un tesoro que excede el capital personal, ya que su saber hacer se torna en bien público: porque cuanto más se comparte, más crece y más valioso se torna. Por eso, vale la pena celebrar el proceso que se ha venido registrando en este casi cuarto de siglo: mientras de manera espontánea, en el encuentro y la interacción generosa, se fueron consolidando verdaderas amistades personales y profesionales, los roles han ido rotando maravillosamente.
Quienes en su momento oficiaron de aprendientes, hoy son multiplicadores de simientes, que van permitiendo llevar el tema más allá de las empresas.
Aprendieron junto al IARSE que la Sustentabilidad -como la utopía que representa- sirve para orientar y caminar; mientras que la Responsabilidad Social es el camino por el que intentamos alcanzarla. ¡Meta y camino que sigue siendo recorrido por nuevas generaciones, y que, como la vida, se renuevan constantemente!
(*) Presidente del Consejo Consultivo del IARSE.
