viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Mediación multipartes: una solución para conflictos públicos complejos

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Por Ivana Gulli (*)

La mediación multipartes es una herramienta clave en la resolución de conflictos que involucran a varias personas con intereses diversos. A diferencia de la mediación tradicional, que generalmente se centra en una disputa entre dos partes, este enfoque está diseñado para abordar situaciones en las cuales están implicados múltiples actores, cada uno con sus propias perspectivas y necesidades.

La mediación múltiple exige habilidades avanzadas en gestión de conflictos, ya que el mediador debe equilibrar las diversas opiniones y buscar puntos de convergencia en medio de la complejidad de intereses, desempeñando un rol crucial al facilitar el diálogo y la cooperación entre todas las partes involucradas 

Las competencias para gestionar dinámicas de grupo, manteniendo el control y equilibrio, son aspectos esenciales. Estrategias de gestión del estrés y de las emociones intensas serán requeridas tanto para el mediador como para los participantes, ya que el conflicto en cuestión impacta en la persona, en la comunidad y en el ámbito público.

El mediador de conflictos públicos definirá, por medio del relato de los participantes, qué se espera lograr con este proceso. Realizará un análisis de los intereses de las personas, los conflictos que involucran a la comunidad, actores públicos y entidades gubernamentales. Considerará la normativa legal y ética que será fundamental en una resolución efectiva, equitativa y sostenible.

Sensibilidad y competencias para trabajar con diversas culturas y contextos sociales colaboran para manejar las diferencias e inclusión en estos procesos de mediación. 

La preparación del espacio es un punto no menor; la multiplicidad de asistentes implica anticipar mobiliario, tiempos y recursos, y disponerlos de modo de fomentar la conversación efectiva. Se podría considerar colocar sillas en forma circular o de “U” para que los participantes se vean y escuchen claramente, evitando barreras que puedan generar una sensación de separación. El mediador estará visible para facilitar la conversación e intervenir cuando sea necesario. Las especificaciones sobre la acústica, la luminosidad, la accesibilidad, la neutralidad y privacidad mantienen las mismas características que una sala de mediación habilitada.

La convocatoria a los participantes, además de los aspectos legislados, requerirá diversas estrategias individuales y colectivas de abordaje. La identificación de las personas involucradas resultará fundamental. Será el mediador quien evaluará la oportunidad y/o la conveniencia de diligenciar individualmente o por medio de sus representantes las invitaciones, así como la de establecer un contacto para preguntas que pudieran surgirle a los convocados. Se incluirá y destacará la importancia de la participación y colaboración de los involucrados para alcanzar una resolución superadora. 

En la primera reunión resulta relevante convenir entre los asistentes una lista de temas que se tratarán y coordinar nuevas fechas entre todos a modo de prepararse adecuadamente y saber qué esperar en cada encuentro. Es esencial que todas las partes estén comprometidas con el proceso y dispuestas a colaborar. La confianza en el mediador y en el proceso es fundamental para lograr resultados exitosos. Los mediadores deben construir un entorno de respeto y apertura, facilitando un diálogo constructivo que permita llegar a acuerdos mutuamente aceptables.

Uno de los principales beneficios de este tipo de mediación es su capacidad para abordar problemas complejos de manera integral. En lugar de enfocarse únicamente en las disputas individuales, este enfoque permite a las partes explorar soluciones que pueden beneficiar a todos los involucrados. Además, fomenta la cooperación y la construcción de relaciones entre las partes, lo que puede tener efectos positivos a largo plazo, fomentando la restauración de las relaciones.

Sin embargo, la mediación de partes múltiples también presenta desafíos significativos. La gestión de expectativas y la negociación de soluciones que satisfagan a todos los participantes pueden ser complicadas. El mediador debe estar preparado para manejar dinámicas de poder desiguales y asegurar que cada voz sea escuchada de manera equitativa.

Vamos a un caso de mediación efectiva sobre conflictos públicos: la situación se centra en espacios para vivienda construidos en un terreno donde no se contaban con títulos de propiedad. La solución legal era definitiva: las personas que habían construido en ese espacio debían dejarlo. Había manifestaciones y cortes de calles en avenidas neurálgicas, policía en actividad de prevención e intervención de los medios. Los mediadores recibieron el caso, identificaron a los involucrados, anticiparon una convocatoria y espacio adecuados, y así fue como representantes de la persona jurídica propietaria del predio y la comunidad afectada, reunidos en mediación, se escucharon. Hubo empeño de las personas por demostrar que ese espacio de vivienda lo hicieron con todo su esfuerzo. Se acercaba la Navidad y la gestión de las emociones requería intensificarse. Abanicos de soluciones y búsqueda de alternativas. El abordaje de profesionales mediadores con un manejo claro de la situación facilitó un acuerdo con beneficios recíprocos y plazo prudente. Cabe agregar que los vecinos y abogados se brindaron muestras de recíproca solidaridad.

Así es que la mediación multipartes es una herramienta poderosa para resolver conflictos complejos. Su éxito depende de la habilidad del mediador para gestionar la diversidad de intereses y facilitar un proceso de diálogo constructivo. Al hacerlo, puede transformar conflictos potencialmente destructivos en oportunidades para la cooperación y la resolución efectiva.

(*) Mediadora. Abogada especializada en NNA

Comentarios 2

  1. Romina Bilbao says:

    MP 1039 LICENCIADA EN ADMINISTRACIÓN

  2. Silvia Gabriela Mohaded says:

    Ivana me gustó mucho el artículo, sobretodo por la similitud con la mediaciónintercultural
    “Sensibilidad y competencias para trabajar con diversas culturas y contextos sociales”
    Poder adentrarse en la cultura de las partes, abstraerse de la propia, para entender el ¿por qué? de su modo de pensar, sentir y actuar, parece muy sencillo, pero requiere de ciertas habilidades

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