La iniciativa fue presentada al inicio del mes de septiembre. Está destinada a científicos, a investigadores y a autoridades de salud pública
Con el apoyo del Grupo Consultivo Científico de la Organización Mundial de la Salud sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO), a inicios de este mes, se publicó un marco mundial para “ayudar a los Estados Miembros a investigar exhaustivamente los orígenes de los patógenos nuevos y reemergentes”, según detalló la entidad en un comunicado oficial. “Aunque existe una serie de herramientas disponibles para investigar brotes de enfermedades infecciosas, este es el primer enfoque unificado y estructurado para investigar los orígenes de un nuevo patógeno”, explicó la misiva, al tiempo que detalló que la herramienta “pretende colmar esa laguna proporcionando un amplio conjunto de investigaciones y estudios científicos”.
“Es la primera versión de una guía práctica que se actualizará cuando sea necesario, en función de los comentarios de los usuarios”, se aseguró
“Como demuestran cada brote y cada pandemia, la salud humana y animal se ve amenazada por el riesgo cada vez mayor de aparición de patógenos conocidos (como los virus del Ébola, de Nipah, de la gripe aviar, de Lassa y de la viruela símica) y nuevos con potencial epidémico y pandémico (nuevos virus de la gripe, MERS-CoV, SARS-CoV-1, SARS-CoV-2), por lo que la capacidad de prevenir y, cuando ello no sea posible, contener rápidamente los brotes e identificar sus orígenes es científica, moral y financieramente más esencial que nunca”, se aseguró.
Contenido
En detalle,en este documento que se encuentra disponible online, se esbozan investigaciones y estudios científicos en relación con seis elementos técnicos.
En el reporte, tal como especificó el parte de prensa, pueden encontrarse
– Investigaciones tempranas de los primeros casos/conglomerados/brotes identificados para determinar posibles fuentes de exposición, recolectar muestras en la fuente y definir las características del nuevo patógeno implicado para el establecimiento de ensayos de diagnóstico.
– Estudios en humanos destinados a comprender la epidemiología, incluida la presentación clínica, los modos de transmisión, la patología y la presencia más temprana en muestras de vigilancia sindrómica.
– Estudios de la interfaz entre los seres humanos y los animales para identificar posibles reservorios animales, huéspedes intermediarios y zoonosis inversas.
– Estudios para identificar insectos vectores u otras fuentes de infección, así como la presencia más temprana en el medio ambiente.
– Estudios de genómica y filogenética para identificar las cepas precursoras, las características genómicas, la evolución en huéspedes intermediarios y humanos y la distribución espacial en el tiempo.
– Estudios de bioseguridad/bioprotección para determinar si los primeros casos pueden estar asociados a una falla en las actividades de laboratorio o de investigación.
El material está destinado predominantemente para especialistas e integrantes de la comunidad científica así como personas que trabajan en políticas públicas.
“Las investigaciones oportunas y exhaustivas sobre los orígenes de los patógenos son fundamentales para prevenir y contener las crisis sanitarias mundiales”, explicó el comunicado y señaló que “los hallazgos de estas investigaciones sientan las bases para detener los brotes antes de que comiencen, detener las cadenas de transmisión y reducir el riesgo de transmisión de patógenos de animales a humanos”
“También pueden confirmar o excluir la posibilidad de una falla involuntaria en la bioseguridad y la bioprotección de los laboratorios”, agregó la OMS.
“Comprender cuándo, dónde, cómo y por qué comienzan las epidemias y pandemias es tanto un imperativo científico para prevenir futuros brotes como un imperativo moral por quienes pierden la vida a causa de ellos”, dijo por su parte Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
“Este marco proporciona, por primera vez, orientaciones exhaustivas sobre los estudios que se necesitan para investigar los orígenes de los patógenos emergentes y reemergentes. Si hubiera estado en vigor cuando llegó el Covid-19, la búsqueda para comprender sus orígenes podría haber sido menos polémica y más exitosa”, aseveró.
“La OMS sigue pidiendo a China que comparta toda la información que tenga sobre los orígenes del Covid-19 para que se puedan investigar todas las hipótesis”, detalló el referente internacional.