Elaboró un estudio sobre el panorama de los subsoberanos en esta coyuntura. Advirtió sobre el impacto de la crisis en los ingresos tributarios y, en el caso de Córdoba, por la alta exposición del pasivo en dólares y los vencimientos de 2024. ¿Cómo está la Provincia en el semáforo elaborado por la calificadora?
La calificadora Moody’s trazó un panorama preocupante la mayoría de los subsoberanos argentinos producto de un “deterioro significativo en las cuentas fiscales, ocasionando fuertes presiones de liquidez y un incremento en la probabilidad de incumplimiento en algunos casos puntuales”.
Los puntos mencionados por la agencia se reflejan en las calificaciones vigentes a la fecha que en el caso de la Provincia de Córdoba recibió una nota A.ar/Estable, igual que para la Municipalidad de Córdoba.
Ambas calificaciones fueron asignadas a comienzos de este año y fueron la base a partir de la cual emitieron deuda en el primer semestre.
En ese contexto y en un informe difundido la semana pasada, Moody’s estima que, para 2024, la menor liquidez y los riesgos de no poder afrontar los vencimientos de deuda pendientes, son desafíos que se reflejan en las notas de cada provincia o municipio, calificaciones que en algunos casos “se encuentran actualmente en revisión a la baja, lo cual refleja nuestra visión sobre posibles cambios de calificación en el corto plazo como consecuencia de un debilitamiento crediticio superior al esperado en nuestro escenario base”.
“Nuestras proyecciones originales ya consideraban al 2024 como un año de desafíos significativos, principalmente para los Gobiernos Locales y Regionales (GLR) que deben enfrentar crecientes vencimientos de deuda internacional como resultado de las reestructuraciones llevadas a cabo en los últimos años. Sin embargo, a partir de la reciente evolución del contexto macroeconómico junto con algunas medidas adoptadas a nivel nacional, el deterioro del perfil financiero de los GLR será mayor al esperado originalmente”, estimó la consultora.
En ese marco, “a pesar del esfuerzo fiscal que han hecho algunas jurisdicciones en los últimos años, la caída esperada en los ingresos operativos de las provincias afectará de forma negativa las cuentas provinciales en detrimento de sus perfiles crediticios”. Moody’s espera un deterioro de las métricas fiscales como consecuencia de una reducción de los ingresos de las provincias a causa de: una caída en el nivel de actividad económica; la reforma del impuesto a las Ganancias (IG) y la sustitución de la cuarta categoría llevada a cabo en el cuarto trimestre del 2023; y por una eventual reducción en las transferencias no automáticas por parte del Gobierno nacional.
Deuda
Respecto al tema de la deuda, la calificadora hace alusión a que aquellas jurisdicciones subnacionales con mayor exposición a obligaciones en moneda extranjera “presentarán desafíos para afrontar servicios de deuda a partir de este año”.
En adición a la disminución de los ingresos operativos, algunos GLR se enfrentan a mayores vencimientos de capital e intereses de la deuda internacional, luego de haber concluido -en algunos casos- procesos de reestructuración llevados a cabo durante el año 2020 y 2021.
“La eventual falta de acceso a fuentes de financiamiento alternativas, junto al deterioro en su capacidad de pago, incrementa la probabilidad de incumplimientos en el corto y mediano plazo”, consideró.
En términos comparativos con los últimos años, la visión es que en 2024 los riesgos de transferibilidad y convertibilidad para la cancelación de deuda en moneda extranjera han disminuido considerablemente y que los eventuales incumplimientos que se produzcan se vincularán principalmente a una débil capacidad de pago por parte de los deudores y/o de falta de alternativas de financiación.
En el análisis se consideró la evolución de los resultados financieros de los últimos años que, en algunos casos, mostró guarismos positivos como consecuencia de una mayor disciplina fiscal.
Este aspecto se complementa con cierta flexibilidad que algunas jurisdicciones pueden tener en relación con sus gastos, sobre todo aquellas que tengan una menor proporción de gastos en personal en relación al total de sus gastos operativos.
En otro orden, la posibilidad de reducir los gastos de capital también permitirá tener cierto margen para amortiguar el impacto de la disminución de los ingresos de las cuentas públicas.
Mientras, a diferencia de años anteriores, este año las provincias tendrán “una carga adicional”, particularmente para los que tienen títulos de deuda emitidos en mercados internacionales.
Esto es producto del perfil de vencimiento para el año en curso, al que Moody’s calificó de “desafiante”.
Por otra parte, a pesar de que varias provincias mantuvieron niveles de endeudamiento moderados, una porción significativa de su deuda se encuentra denominada en moneda extranjera como es el caso de Córdoba.
Al mismo tiempo, esperamos que los ratios de endeudamiento se incrementen considerablemente a partir de los datos de cierre de 2023 debido principalmente a la evolución del tipo de cambio y, particularmente, como consecuencia de la devaluación ocurrida en diciembre de 2023.
Desde la agencia consideraron que “el mayor desafío crediticio radica en los vencimientos de deuda internacional” que, a diferencia de años anteriores, “serán una mayor carga para los GLR en adelante. En la medida que el acceso al mercado internacional
se encuentre virtualmente cerrado y/o que los GLR no cuenten con fuentes de financiamiento alternativas, su capacidad para afrontar los pagos en tiempo y forma con recursos propios es limitada, y la probabilidad de que se produzcan incumplimientos, en
algunos casos, no resulta despreciable”.
Este último aspecto se refleja en el orden relativo de nuestras calificaciones vigentes. Como posible mitigante de corto plazo, algunas provincias poseen disponibilidades en moneda extranjera, aunque no necesariamente son recursos de libre disponibilidad para ser aplicados al pago de deuda financiera.
La situación de Córdoba
En ese contexto, Moody’s elaboró un “semáforo” en el que incluyó a varias provincias y que coteja la situación de cada distrito respecto a distintos aspectos y bajo el título de Sensibilidades y mitigantes de las provincias calificadas.
Así, en el caso de Córdoba, en relación a los ingresos afectados, tanto en los ingresos propios (IIBB), coparticipación (reforma de Ganancias) y transferencias no automáticas, la agencia considera que tienen un “impacto negativo bajo”.
En tanto, en cuanto a la carga de vencimientos en 2024, por títulos públicos internacionales, Córdoba figura con un “impacto negativo fuerte” que en el semáforo corresponde al color rojo.
De hecho, es el único ítem en que se la tipifica con ese color.
Respecto de la exposición al pago de títulos públicos locales, vuelve al verde.
Finalmente, en relación a los mitigantes, se mide la flexibilización en el gasto corriente, en el gasto de capital y los márgenes financieros de ejercicios anteriores. En el primer caso, se categoriza a Córdoba con una flexibilidad media, en color amarillo, y en en los dos últimos, con color verde, de alta flexibilidad.
Como fuere, la administración de Martín Llaryora afronta este año fuertes vencimientos en dólares en una deuda que supera US$1.800 millones y que está nominada en 98% en moneda dura.
Parte de esos vencimientos ya fueron pagados en el primer semestre pero aún queda un esquema exigente para los próximos meses