A seis meses del inicio de la pandemia, en pleno debate por el cierre de escuelas durante la pandemia, una demanda promovida en California (EEUU) afirmó que el estado no cumplió su obligación constitucional de proporcionar una educación equitativa a estudiantes de bajos ingresos, negros e hispanos con menos acceso al aprendizaje en línea.
Recientemente, vía acuerdo, California accedió a aportar al menos 2.000 millones de dólares para la recuperación pospandémica y ayudar a los estudiantes que intentan ponerse al día.
Mark Rosenbaum, uno de los abogados de los demandantes, lo describió como un “acuerdo histórico” que garantiza que habrá más recursos para los niños más necesitados, que en 2020 no recibieron “ni de lejos la educación que merecían” por un “sistema de desigualdades arraigado”.
Por lo pronto, los distritos escolares identificarán y evaluarán a los alumnos que necesitan mayor apoyo y hacen actividades que pueden fondearse.
La demanda no se centró en las órdenes de emergencia durante la crisis sanitaria o el cierre de escuelas, sino en la respuesta de California en cuanto al aprendizaje a distancia. Además, sólo abarca los primeros meses de la pandemia.
Los funcionarios estatales distribuyeron unas 45 mil laptops y más de 70 mil equipos informáticos, pero según un cálculo de los accionantes -varias familias de los distritos escolares de Oakland y Los Ángeles- cerca un millón de infantes se quedaron sin acceso suficiente a clases en línea hasta septiembre de 2020.
Citaron, entre otros, los casos de los hermanos tuvieron que compartir computadora y los de las familias que vivían en zonas con conexiones débiles a internet.