Columna de Opinión
Por Gerardo Gasparutto
Una buena alimentación es fundamental para mantener una salud equilibrada en cualquier época del año, pero en verano cobra aún más importancia debido a las altas temperaturas que pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Además, una ingestión adecuada también puede ayudarnos a combatir los efectos del calor en nuestro cuerpo.
Las altas temperaturas pueden causar deshidratación, fatiga, mareos, calambres e incluso golpes de calor. Por ello, es importante tomar medidas preventivas que nos acompañen durante el verano y nos permitan mantener una nutrición saludable. Es fundamental comer liviano y variado; mantener una buena hidratación; y tomar precauciones para la manipulación de alimentos. De esta manera, se recomienda implementar cinco medidas:
Mantener una correcta hidratación: El agua siempre será la primera opción; beber entre dos y tres litros de agua diarios es lo recomendable, aunque la cantidad dependerá de cada persona. Lo importante es no llegar a tener la sensación de sed. El agua nos ayuda a recomponer el sudor que se va perdiendo a lo largo del día, y a su vez nos permite mantenernos saludables. En el caso de los niños de hasta dos años, es primordial la lactancia materna.
Reducir el consumo de algunas infusiones o bebidas: Es importante disminuir el consumo de infusiones muy calientes, como así también las bebidas alcohólicas y cafeína ya que tienen un efecto diurético. Las bebidas ultra procesadas como las gaseosas, incrementa la sed por la cantidad de azúcar que contienen.
Consumir frutas y vegetales: Las frutas y verduras son especialmente beneficiosas en verano debido a su alto contenido de agua y nutrientes. Estos alimentos nos ayudan a mantenernos hidratados y nos proporcionan vitaminas, minerales y fibra. Con la llegada del verano, muchas frutas de estación están en su mejor momento y son una excelente opción para incorporar en nuestra dieta, por lo tanto ¿qué mejor manera de aprovecharlas que combinándolas con lácteos como el yogurt o la leche?
Realizar varias comidas al día: Es recomendable realizarlo en porciones pequeñas, para no sobrecargar el trabajo del aparato digestivo. La clave es comer liviano con frutas y vegetales como protagonistas. En esta época, relacionada con periodos de vacaciones o descansos, se tiende a comer más, excediéndose en alimentos ricos en azúcares, frituras o en alcohol, los cuales hacen que el proceso de digestión sea más lento.
Prestar atención a la manipulación de alimentos: La temperatura ambiente del verano es ideal para el desarrollo de microorganismos patógenos, aumentando el riesgo de contraer alguna enfermedad transmitida por alimentos. Tiene sus beneficios que las personas cocinen sus propios alimentos en casa para consumir durante el día, ya sea en el trabajo o en la playa, pero es crucial que el transporte se realice de manera segura. Nunca se debe perder la cadena de frío y siempre son de ayuda los geles refrigerantes.
Es importante tener en cuenta que en el verano nuestro cuerpo tiende a perder sales minerales a través del sudor, por ello es necesario incluir en nuestra alimentación alimentos ricos en estos nutrientes, como frutas y verduras. Estos alimentos también aportan vitaminas y antioxidantes que ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico y protegernos de posibles enfermedades. Asimismo, es importante recordar que no sólo debemos prestar atención a lo que comemos, sino también a cómo lo hacemos. En conclusión, una alimentación adecuada es esencial para mantenerse saludable durante el verano y prevenir las altas temperaturas.
* Director de la Licenciatura en Nutrición de Universidad Siglo 21.