El fenómeno de la Inteligencia Artificial generativa (IA) impacta en la enseñanza y el aprendizaje de las carreras de la salud, y las instituciones educativas ya están llevando a cabo estudios para conocer usos, alcances y limitaciones de estas herramientas
La irrupción de la IA también incide en la educación universitaria. En el campo de las Ciencias de la Salud, las instituciones formadoras tienen la responsabilidad de promover el desarrollo de competencias digitales y criterios de uso responsable.
En ese marco, el Instituto Universitario Hospital Italiano de Buenos Aires (IUHIBA) investigó y analizó implicancias, posibilidades y limitaciones en los contextos formativos.
Una de las conclusiones a las que arribó es reconocer que es fundamental abrir espacios para explorar los interrogantes que conlleva esta nueva tecnología y construir un pensamiento crítico. “La clave es discernir cuándo, cómo y por qué podrían ser adecuadas según las necesidades de los distintos actores de la comunidad educativa”, sostiene la entidad.
“Estas aplicaciones son disruptivas, masivas, en constante transformación, y también nos resultan ajenas porque la mayor parte de las personas no participamos de su programación ni comprendemos sus mecanismos de producción. Pero, a la vez, colaboramos en su desarrollo con nuestros datos y en cada interacción que mantenemos, por ejemplo, ofreciendo nuestros prompts”, reflexionó Gisela Schwartzman, directora del Departamento de Educación del IUHIBA.
Más allá del popular ChatGPT, hay un número creciente de aplicaciones específicas para la educación médica, por lo que es conveniente consultar directorios que agrupen las herramientas disponibles y evaluar cuál se ajusta mejor a las necesidades que tienen estudiantes, docentes, investigadores o gestores de salud.
Resultados del estudio
En la investigación participaron 93 personas, entre docentes, autoridades y alumnado. Más de la mitad (52%) afirmó haber usado alguna herramienta de IA generativa. Las más frecuentes son las aplicaciones de chat basadas en lenguaje natural, principalmente ChatGPT.
Le siguen las de soporte para la traducción de textos académicos y la escritura de abstracts en inglés y, bastante más atrás, herramientas para generación de imágenes. Según esta encuesta, docentes y estudiantes utilizan el ChatGPT para buscar información, analizar datos y tener una asistencia para la redacción; también para planificar clases y elaborar preguntas para un instrumento de evaluación.
“Hay otras tendencias que entran en tensión. Por un lado, predomina el entusiasmo frente a las posibilidades que brinda la IA y se reconoce el interés por aprender sobre ella. Pero, al mismo tiempo, existe desconocimiento sobre el universo de aplicaciones disponibles dentro de las ciencias de la salud, del mismo modo que para discriminar la información falsa de la verdadera”, precisaron desde la casa de altos estudios.
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