El sector triplicó la producción y comercialización en cinco años y la cadena cordobesa la cuadruplicó en ese lapso. Hoy tiene 800 locales entre 14 provincias argentinas y Chile.
La cadena cordobesa Grido es el principal exponente del despegue que ha tenido la producción y comercialización de helados en los últimos años en el país. El sector pasó de ventas anuales de US$ 180 millones en 2004 a US$ 560 millones cinco años después, según señaló un informe de la consultora Euromonitor.
En ese período, la empresa pasó de $ 20 millones a más de $80 millones en 2009 y sigue creciendo de la mano de su política de precios bajos y de su esquema de apertura de franquicias.
La cadena, de la firma Helacor, tiene 800 bocas en 14 provincias de Argentina y en Chile. “La expansión de Grido se debe principalmente a la llegada que tiene en las áreas que están fuera de Buenos Aires, sobre todo en Córdoba, donde la cadena tiene una presencia absolutamente dominante, similar a la presencia de la cadena Starbucks en su ciudad natal de Seattle”, señaló un informe de la consultora Euromonitor.
Gerenciada por la familia fundadora, Santiago, está desarrollando un programa de expansión, por el que ya abrió en 2010 180 locales, con bajos costos de puesta en marcha (US$ 35.000 por tienda), lo que le permite recurrir a un amplio grupo de franquicias potenciales.
En tanto, el mercado tiene excelentes pronósticos. Se espera que los helados argentinos tengan un crecimiento promedio en las ventas de 10% anual entre 2010 y 2014, con ventas aproximadas de US$1.000 millones en 2014, según Euromonitor. Cabe recordar que Helacor tiene en marcha un plan de inversiones por $ 25 millones para duplicar la producción de helados este año.
Campaña en contra
En tanto, la empresa publica una solicitada en diarios en la que manifiesta su preocupación por, asegura, una campaña orientada a dañar su imagen de marca por parte de un puñado de empresarios. Argumenta que es objeto de constantes ataques y acusaciones sin fundamentos “por su política de precios bajos”, algo que le trajo serios inconvenientes con empresarios rosarinos dedicados a la comercialización de helados artesanales.