martes 3, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

“La implementación de dos reformas podrían poner a Argentina en el sendero del desarrollo”

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Lo destacó el especialista Claudio Pizzi, quien dijo que una de ellas es la de normalizar la economía y reestructurar el Estado y la otra, la de aprender a competir y buscar el propio destino como país

“George Bernard Shaw, escritor y novelista decía que el progreso es imposible sin el cambio, y que aquellos que no pueden cambiar sus mentes, no pueden cambiar nada. En la economía, las ‘expectativas’ son en extremo importantes y en la actualidad el cambio hacia un estado de bienestar parece estar lejos, si para lograrlo debemos esperar que cambien las mentes de la política” señaló a “Factor” Comercio y Justicia suplemento de Claudio Pizzi, licenciado en Administración y máster en Administración de Empresas con especialización en Finanzas egresado de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad de Belgrano.

Según el profesional, existen dos reformas económicas que podrían poner a Argentina en el sendero del desarrollo. La primera debe tender a la “normalización” y la segunda, a la “orientación estratégica”.

¿Qué significan una y otra?

Normalizar la economía significa “en criollo”, dejarla “fluir”. Liberar las fuerzas del mercado y la industria, la fuerza de todos nosotros como inversores, consumidores, emprendedores. Desburocratizar las actividades, reducir la presión tributaria, actualizar las leyes laborales, relanzar el mercado de capitales poniendo énfasis en opciones de cobertura para pymes y proyectos empresariales. Por otro lado, orientar la economía significa “vincularla con un norte”. Replicar el sendero de aquellos países que tengan similitud estructural con el nuestro y que han logrado el desarrollo.

Usted habla de reducir la presión tributaria; ¿cuál es la situación impositiva hoy y cómo impacta en la economía?

De los más de 160 tributos que se pagan en nuestro territorio, sólo una decena aporta 91% de la recaudación total. Ingresos Brutos se agrega a cada uno de los eslabones de la cadena comercial. Del 100% de la recaudación, 65% lo aportan los impuestos sobre bienes y servicios y 33%, las rentas. Por otro lado, el gasto tributario que consiste en exenciones o privilegios fiscales sigue siendo importante en la consideración del gasto público. Puede llegar hasta 12% de la recaudación nacional. Esto da como resultado una carga tributaria con piso de 40% sobre el costo productivo, lo que repercute en el precio final de los bienes y servicios a consumir. Ésta es la razón por la cual, en esta ocasión, “el orden de los factores alteraría el producto”.

Cualquier plan estratégico a desarrollar chocaría contra las barreras impuestas por el sistema político sobre la economía. En forma paradójica, para ponerlo en marcha, Argentina debe crecer, y no parece una opción razonable hacerlo en un entorno legal como el existente en medio de la inseguridad jurídica y la industria del juicio.

¿Cómo se llega a una economía normalizada?

La economía normalizada precede a la reestructuración del Estado, la apertura económica y a la búsqueda de la identidad país. Este último grupo de decisiones nos obliga a llevar adelante una profunda reforma cultural y educativa con orientación y énfasis en el “emprendedor” y la innovación. La secuencia correcta entonces sería normalizar, reestructurar, abrir la economía y finalmente, orientar.

En administración hay una frase que dice “No se hacen auditorías del pasado”. Los planes de estabilización económicos aplicados a lo largo de la historia no podrían replicarse con éxito en la actualidad. Muchas cosas cambiaron. Del precio de las commodities hasta los niveles de apertura informativa producto de la tecnología; del nivel de excelencia cultural a los actuales niveles de indigencia y al desapego por las normas. La sociedad del pasado no fue preparada para competir ni tuvo el apoyo que se necesitaba para lograrlo. Todo se hizo al mismo tiempo y de manera desproporcionada. Se tomaban medidas superficiales que no servían para resolver problemas de fondo, como el anclaje de cambios, el control de precios y el congelamiento de tarifas.

Liderazgo y confianza

“Implementar una estrategia lleva entre tres y cinco años; un cambio cultural, unos 10 años. La política en Argentina no tiene más espacio para ‘vender humo

El liderazgo de calidad es imprescindible para regenerar la confianza en el éxito de cualquier proyecto. En la actualidad, las expectativas de la gente parecen no mejorar cuando se cambia un ministro o todo un gabinete como en otros tiempos. Se recrean con un proyecto serio y, como diría G. B. Shaw, con gente que esté dispuesta a cambiar su mente, y que disponga de las habilidades conceptuales, técnicas y humanas para llevarlo adelante”, concluyó Pizzi. 

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Comentarios 1

  1. Analia says:

    Cómo siempre Mg. Claudio Pizzi, didáctico y conciso su análisis y propuesta. Lo más difícil desde mi punto de vista es revertir la cultura de una sociedad ambigua, que vive anhelando el orden y goza de la desmesura. Sus principios siempre intactos Mg. Claudio Pizzi

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