Despejado el escenario devaluatorio, vuelven los precios y se terminan los remitos sin factura. ¿Habrá estabilidad hasta el 20 de noviembre? Algunos elementos confirman la hipótesis de una respuesta positiva
Pasaron las elecciones y eso solo ya es un alivio para los comerciantes. En la última semana y a decir verdad en varias de las diez semanas que pasaron entre el 13 de agosto, día de las primarias PASO, y la primera vuelta electoral de ayer, no hubo precios en distintos rubros de la economía.
Si bien se trata de un fenómeno que con mayor o menor medida se sucede cada cuatro años en la Argentina, este año en particular la situación llegó a límites insospechados. La semana pasada se negaban ventas a clientes no habituales; se entregaba material o insumos a clientes conocidos pero sólo con remito y sin factura; se limitaban ventas a compras con dólar billete. Este periodista pudo verlo en una casa de venta de productos para construcción en seco, en una tienda de electrónica o incluso en una concesionaria, donde el tumulto de interesados en huir del peso llegó a generar colapso en locales tradicionalmente más habitados por vehículos que por gente.
Se terminó. Pasaron las PASO, dejaron su tormenta perfecta y ayer pasaron las presidenciales. Que si bien no cerraron el capítulo eleccionario, sí dejaron definiciones. Y vaya que las hubo. Con la misma sorpresa de la noche del pasado 13 de agosto, cuando se reveló la victoria de Javier Milei en nada menos que 17 provincias de los 24 distritos de todo el país, las urnas arrojaron resultados de asombro en la noche del domingo: a pesar de las corridas bancarias, a pesar de las parálisis de distintos mercados, a pesar del deterioro del consumo y el ahorro, a pesar de la disparada inflacionaria de septiembre, el actual ministro de Economía Sergio Massa dio vuelta sorprendentemente el resultado de diez semanas antes y finalmente se quedó con la preferencia de los electores de la primera vuelta, desplazando al libertario a un segundo lugar y con casi seis puntos de diferencia. Contra todo pronóstico, Massa ganó este domingo.
Por supuesto, el verbo no se conjuga de modo definitivo hasta el próximo 19 de noviembre, día de la convocatoria a segunda vuelta y esta vez sí, definitiva. Pero la sorpresa es fuerte ya que las PASO funcionan como una suerte de encuesta nacional, pero las presidenciales son elecciones vinculantes, que sacan y ponen candidatos.
Y el 22 de octubre la ciudadanía puso al primero y al segundo en la carrera de sólo dos que la política argentina tendrá desde hoy al balotaje. Una carrera donde los candidatos, Massa y Milei, deberán reinventarse si es que buscan llegar a convencer a más del 50% de un electorado que hasta hoy le es esquivo en porcentajes apenas superadores de los 36 puntos y los 30 puntos respectivos.
Y en la cual uno de los dos candidatos, Massa, tiene más elementos para poner en juego ya que maneja los resortes mismos de la Administración Nacional, sin contar con que cuenta a su favor con el “efecto miedo” que provoca la figura de Milei entre una variedad de sectores democráticos que hasta ayer apostaban por Patricia Bullrich y que hoy quedaron “a priori” huérfanos de representación política.
Son esos elementos del análisis los que arrojan grandes chances al actual hombre fuerte del Gobierno saliente, de ocupar a partir del próximo 10 de diciembre la máxima magistratura nacional. Y es el segundo motivo, después del alivio por la definición de la primera vuelta electoral, que provocará seguramente una tendencia bajante en los mercados vinculados al dólar, al menos durante esta semana.
Desde el Gobierno se decía en la tarde noche del domingo que “el equipo económico se prepara para la semana que inicia. Analizan medidas: seguir fortaleciendo reservas y estabilizar la brecha entre las cotizaciones del dólar, son los objetivos”.
Por lo pronto, se descarta cualquier escenario devaluatorio de la moneda y se confirmará el dólar oficial quieto, al menos hasta el 20 de noviembre. Es lo que necesita el ministro-candidato para dar señales de estabilidad y fortaleza en el manejo de la gestión. Aunque las denuncias de fraude de La Libertad Avanza podrían llegar a hacer mella en el objetivo de mantener calmados los escenarios del dólar, todos los operadores consultados por este diario coinciden en evaluar que el Gobierno tiene todas las condiciones para manejar el escenario de acuerdo a sus intereses.
De hecho, algunos hablan de bajantes de precio en algunas cotizaciones del dólar, tal como se vio en las últimas horas del viernes e incluso dejaron traslucir durante el fin de semana las billeteras virtuales que negocian el “dólar cripto”. Es obvio que lo que vivimos en los últimos 20 días en el país fue un overshooting del dólar y los precios de distintos sectores, es decir una sobrerreacción que estaba motivada por la cercanía de escenarios devaluatorios que hoy por hoy, se han esfumado.
De modo que también por estos últimos elementos podemos hablar de alivio entre los comerciantes y los operadores de mercado vinculados con la distribución. El dólar quieto tranquiliza a la industria y ese efecto se traslada al sector terciario de la economía, que distribuye los productos del sector manufacturero pero que al hacerlo, debe evaluar los escenarios próximos vinculados con el valor de la moneda al momento de reponer lo que se distribuye. Hoy, esos elementos tienen una estabilidad mucho mayor de la que tenían hasta el cierre de persianas del viernes pasado.