Por Pablo Rodríguez Romeo (*)
Hoy, las criptomonedas se han convertido en un método de pago en Argentina, al igual que las billeteras digitales. Ya son casi 10 millones los usuarios que utilizan criptomonedas.
El descreimiento en el dinero físico, la inseguridad que su manejo conlleva y la existencia de posibilidades de ahorro e inversión alternativas, son algunas de las razones que motivan a los usuarios y a empresas desarrolladoras a elegir las criptomonedas y el dinero digital.
El mundo digital pospandemia penetra cada día más y comienza a verse el impacto de la tecnología en los nativos digitales, sobre todo, quienes son los que más adoptan esta tecnología como moneda de cambio para sus transacciones habituales de consumo.
Estamos ante un cambio de época y, tal como lo hicimos en otros tiempos, es momento de adoptarlas sin temores, siendo conscientes de sus amplios usos y posibilidades. Pero aquí me detengo, porque a medida que más personas las incorporan a sus movimientos diarios, cada vez más son los delincuentes al acecho que ven en esto una posibilidad para cometer sus ataques.
Esto se debe no a la falta de seguridad que presentan, ya que las criptomonedas poseen distintas tecnologías que hacen que sean altamente seguras sino al error humano, en la mayoría de los casos, y a la creatividad puesta al momento de engañar a los usuarios para que den vía libre a su acceso. El uso de contraseñas fáciles de adivinar, el viejo conocido phishing o alguna vulnerabilidad de la plataforma de criptomonedas (aunque poco frecuente), pueden poner en jaque nuestros activos digitales.
Tal como aprendimos con los fraudes bancarios, aquí se trata de lo mismo. Los ciberdelincuentes van a poner toda su astucia para ejecutar los engaños. Por eso, una vez más, es fundamental insistir en la educación y concientización de los usuarios en todo lo que esta tecnología posibilita, pero también, a lo que nos exponemos a partir de su uso.
Por eso, quiero compartir algunos consejos que nos ayuden a resguardar nuestros activos, si elegimos realizar transacciones con criptomonedas:
* Estar alerta a los mensajes que llegan por mail, chats o servicios de mensajería e inspiran alguna desconfianza. Prestar especial atención al remitente y a la información que solicitan, y nunca responder con datos personales o información sensible.
* No ejecutar ningún hipervínculo desde el cuerpo del mail, chat o servicio de mensajería. Siempre ingresar tipeando la URL a la que se quiere acceder y corroborar que comience con el protocolo de seguridad https.
* Evitar brindar información sensible ante un contacto telefónico, por chat o cualquier servicio de mensajería, menos aún compartir claves de acceso por estos medios. Antes, corroborar el pedido con quien está iniciando el contacto.
* Desconfiar de los contactos apresurados cuando provienen de llamados telefónicos o servicios de mensajería.
* Contar con contraseñas seguras, difíciles de adivinar, y activar el segundo factor de autenticación siempre que esté disponible esta posibilidad.
* Mantener los dispositivos, sus sistemas operativos y aplicaciones actualizadas.
* Utilizar herramientas de seguridad confiables.
(*) Ingeniero. Perito Informático forense y especialista en seguridad