El reconocido abogado, Rubén Arroyo, que desarrolló su profesión en el ámbito laboral y de los derechos humanos falleció en Córdoba a los 85 años.
Oriundo de Mar del Plata, Arroyo ejerció la abogacía durante más de 45 años. Como abogado laboralista, fue asesor de Smata y Luz y Fuerza, en tiempos en que este gremio era conducido por Agustín Tosco. También fue docente en la Facultad de Derecho de la UNC.
Militante comunista, llegó a ser secretario general del partido en Córdoba. Durante la década del 70 y 80 presidió la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, ejerciendo la defensa de presos políticos, que habían sido condenados por tribunales militares, con causas federales o simplemente detenidos a disposición del Poder Ejecutivo por la vigencia del estado de sitio impuesto por la dictadura.
En 1983, con el advenimiento de la democracia, encabezó junto a los organismos de derechos humanos, las gestiones para que la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que había nombrado el presidente Raúl Alfonsín ni bien asumió, tuviera una delegación en Córdoba.
En febrero de 1984, finalmente se creó la Conadep Delegación Córdoba, que integró junto a otros dirigentes políticos, miembros de credos religiosos y académicos. En Conadep cumplió un rol fundamental en el trabajo de recopilar denuncias sobre la represión de la última dictadura cívico militar en la provincia. El 20 de septiembre se cumplieron 39 años de la entrega del Informe Conadep.
Actualmente ocupaba el cargo de copresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) de Córdoba.