El cierre de listas para las elecciones primarias de agosto generó alivio en los mercados, que reaccionaron de manera favorable. El avance del acuerdo con el Club de París reforzó la idea de una Argentina que se reinserta en el mundo. Recorrido y desafíos para Sergio Massa
Los bonos soberanos argentinos tuvieron ayer uno de los mejores rendimientos en los mercados emergentes, cerrando la rueda al alza tras la confirmación de la precandidatura presidencial por el oficialismo del ministro de Economía, Sergio Massa, quien se suma a Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, de Juntos por el Cambio, y Javier Milei, de los libertarios. Atrás quedan otras ocho fórmulas de escaso caudal de votos proyectados en la previa.
Los analistas consideran que los principales candidatos para la elección de este año aumentan las probabilidades de que Argentina concrete un giro promercado desde 2024. Esto causó una suba de dos centavos en los bonos con vencimiento en 2030 hasta los 32 centavos por dólar, el nivel más alto desde principios de marzo.
Sin embargo, aunque Massa es conocido por su cercanía a Estados Unidos, no está claro qué tan rápido podría impulsar cambios en una dirección favorable a la liberalización de la economía, ya que desde su actual posición ha trabajado en sentido opuesto, en línea con el dogma económico kirchnerista.
Los administradores de fondos están muy atentos a las elecciones presidenciales de octubre en busca de pistas sobre cómo el próximo Gobierno -que todavía es una incógnita- planea arreglar una economía devastada, que carga con una inflación de tres dígitos, destruyó el ahorro con una moneda inestable y con un clima de frustración social creciente.
Los bonos soberanos argentinos en dólares subieron 5,8% en promedio en Wall Street y las acciones de empresas argentinas que cotizan en Nueva York también ensayaron amplias subas en dólares de hasta 10 por ciento.
Todas las emisiones de bonos soberanos regidos por la Ley de Nueva York, los “Globales”, subieron fuerte. El más ganador es el Global 2030 con un avance de siete por ciento, seguido por el Global 2046, con 5,8 por ciento.
El riesgo país de JPMorgan bajaba 131 unidades para Argentina, a las 17.10, a 2.095 puntos básicos, la cifra más baja desde el 7 de marzo de este año.
Los bonos soberanos regidos por la ley argentina (“Bonares”) también se movieron hacia arriba, aunque con subas más moderadas debido a que concentran más volumen en la plaza porteña. Con casi todas las emisiones en verde, se destacó el Bonar 2030 con un avance de 5,6 por ciento.
Club de París
Por otro lado, el Ministerio de Economía firmó ayer lunes convenios con tres países integrantes del Club de París para avanzar con la implementación del acuerdo macro rubricado en octubre pasado y que le permitirá al Gobierno nacional reestructurar el pago de casi US$2.000 millones en seis años. Así, de los 16 países acreedores de la Argentina miembros de ese foro, solo falta la firma de uno de ellos, Japón.
“La suscripción de los convenios con España, Francia y Suecia forman parte del proceso de refinanciación de la deuda que el país tiene con el organismo con sede en París. Estos acuerdos se dan en el marco del convenio alcanzado en octubre de 2022 por el cual se reprogramaron el 100% de los montos adeudados mediante pagos realizados durante trece semestres consecutivos hasta finalizar en 2028″, mencionó un comunicado del Ministerio de Economía.
El ministro manifestó que estos acuerdos permitirán garantizar la sostenibilidad del perfil de deuda y con ello sostener la recuperación económica. Asimismo, destacó la relevancia de los convenios como parte del proceso de ordenamiento macroeconómico que permitirá tanto al sector público como privado conseguir financiamiento para evitar el descalabro económico.
El acuerdo con el Club de París reprogramó, en octubre pasado, el pago de US$1.970 millones en seis años. El sistema de devolución será a través de un calendario de trece cuotas semestrales, cuyo primer giro tuvo lugar en diciembre pasado y que incluye parte del capital adeudado y también de intereses. El último pago se hará en septiembre de 2028.
El convenio alcanzado con ese organismo, además, prevé que 40% del saldo pendiente sea cancelado a lo largo del año próximo. Según estimaron en Economía, los pagos anuales oscilarán entre US$240 y 390 millones por año y fueron estimados para que caigan en los momentos en que el calendario de deuda debería estar más aliviado.
La tasa de interés ponderada será de 4,5% anual. En un principio, el interés será de 3,9% y ascenderá paulatinamente. En octubre de este año trepará a 4,5% y que volverá a aumentar hasta 5,2% por ciento en abril de 2027.
Gestión Massa
Massa tendrá que convencer al electorado de que como presidente podría hacer las cosas de una manera diferente al recorrido que tiene hasta ahora, con una inflación superior al 100% anual, deuda récord y presión cambiaria por el tipo de cambio artificialmente bajo.
La llegada de Massa en el Palacio de Hacienda alcanzó para atenuar la turbulencia cambiaria que atravesaba el país luego de la desprolija salida de Martín Guzmán. Desde entonces, los dólares paralelos se alejaron de la zona de máximos en términos reales pero a costa de que se profundizaran algunos otros desequilibrios económicos.
Cuando se confirmó el cambio en Economía, el 28 de julio de 2022, el dólar blue se ubicaba en $314, luego de haber tocado un pico de $338. Según explica el economista Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group, a precios de hoy esos $314 del paralelo de fines de julio equivaldrían a $623, mientras que el techo de $338 de julio pasado serían unos $677, lejos de los menos de $500 a los que se ubica hoy.
Si se observa lo que ocurrió con los depósitos en dólares del sector privado, hacia fines de julio de 2022, se ubicaban en US$14.670 millones, mientras que al 16 de junio pasado -último dato oficial disponible- se situaban en US$15.639 millones. Aun así, siguen debajo del pico reciente de US$16.459 millones de fines de febrero.
Para intentar disipar las fuertes expectativas de devaluación y bajar la brecha cambiaria, Massa diseñó los llamados Programas de Incremento Exportador (PIE), que más que incrementar las exportaciones apenas lograron adelantarlas.
Sin embargo, la contracara de esas tres ediciones de dólar soja, así como de la necesidad de seguir asistiendo al Tesoro de manera indirecta por medio de la compra de títulos en pesos en el mercado secundario, fue que durante la gestión Massa el Banco Central de la República Argentina (BCRA) emitió una montaña de pesos que no hicieron más que presionar a la inflación y aumentar los niveles de deuda del BCRA.
Ante la necesidad de aspirar ese excedente de pesos, el stock de pasivos remunerados del BCRA pasó así de niveles de $6,94 billones a fines de julio del año pasado a $15,43 billones en la actualidad. Así, la bola de Leliq (aunque también de pases) acumuló un incremento de 122% desde agosto y casi 150% en 12 meses, por encima de la inflación acumulada en el período. Los más de $15 billones equivalen a 12,9% puntos del PBI, por encima de los niveles de 2018 previo a la crisis desatada con las Lebac.
De la mano de ese aumento y de las posteriores subas de tasa de política monetaria -pasó de 60% de TNA al 97% actual, unos 37 puntos porcentuales más-, la deuda del BCRA pasó de devengar por unos $292.000 millones en julio pasado a la zona de $1 billón por mes hoy.
Durante la gestión de Sergio Massa, el endeudamiento de la Argentina con organismos internacionales creció aproximadamente US$5.000 millones, lo que significa que la deuda pública también creció, a contramano de las necesidades del país.
Sin embargo, la inflación es la mayor piedra en el zapato del ministro. Cuando Massa llegó al Palacio de Hacienda, la inflación mensual de julio se había acelerado a la zona del 7,4%, a pesar de que en los seis meses previos el Índice de Precios al Consumidor promediaba 5,3% mensual.
Ese pico ya fue superado en tres oportunidades: marzo (7,7%), abril (8,4%) y mayo (7,8%) de este 2023, dejando un piso superior a aquella marca en los últimos meses. En los 10 meses de gestión, la inflación mensual promedio se situó en 6,6%, mientras que la inflación interanual saltó de la zona del 78,5% al 114,2%.
Las reservas internacionales, por su parte, cayeron de US$39.217 millones aquel 28 de julio en que se confirmó su llegada al Ministerio de Economía a US$31.274 millones de acuerdo al cierre provisorio de ayer informado por el BCRA. Las reservas netas, coinciden la mayoría de los analistas privados, son negativas en al menos unos US$1.600 millones.
Por último, la pobreza se mantiene en niveles apenas por debajo del 40% de la población, el desempleo en torno a siete por ciento y la economía caería al menos dos por ciento este año. La sequía, la informalidad y la elevada inflación son un cóctel devastador para una economía sumida en la fragilidad.