Luis Juez no reconoció la derrota y dijo que esperará el conteo final. Mientras tanto, la Justicia investiga qué generó las demoras en el escrutinio provisorio y si la empresa Ocasa incumplió el contrato
La Justicia Electoral de Córdoba comenzará mañana miércoles con el conteo oficial de los votos de las controvertidas elecciones que se realizaron el pasado domingo en la provincia mientras el Tribunal Superior de Justicia avanza con la investigación por la demora que existió en el escrutinio provisorio.
Los apoderados de los partidos políticos que participaron de la votación tendrán hasta hoy martes para recurrir a la Justicia Electoral.
El escrutinio provisorio se estancó en 95% de mesas escrutadas y dio una ventaja de tres puntos a favor de Martín Llaryora, lo que en votos se traduce en una diferencia de apenas 57 mil sufragios
En números, Llaryora sumó 822.057 votos y Luis Juez, 764.406.
Tercero quedó el voto en blanco, con 4,91%.
Frente a este panorama, Juez anticipó que no se declarará ni perdedor ni ganador en las elecciones de Córdoba, al menos hasta que se conozcan los números del escrutinio definitivo. El candidato de Juntos por el Cambio detalló que hay 600 actas intervenidas y cuestionó la “forma” en la que ocurrieron las elecciones. Aseguró que no le importa “la cantidad” por la que perdió sino “la calidad” con que se llevó a cabo el comicio.
“Los tipos no tienen límites. El dolor, el hambre y la miseria de la gente siempre fue utilizada con criterio electoral; fue todo una maniobra inteligente, pícara, para ver si nos íbamos a dormir, pero todo el comicio fue raro”, amplió.
En esa línea, dijo: “Ellos tienen todo atado y nos han acostumbrado a esto” y reiteró: “Si me toca perder, me toca perder, pero estos muchachos no pueden hacer una bien, ¿todo lo que haga el peronismo tiene que ser dudoso y volverse raro?”.
¿Improvisación?
El problema de la demora en el escrutinio provisorio se centró en el sistema Touring que operaba la empresa OCASA, cuya contratación implicó para Córdoba una erogación de $2.200 millones. Para el recuento iba a haber 1.487 pequeños centros de cómputos, uno por cada escuela.
Las primeras conclusiones apuntan a que falló la transmisión de los datos al Centro de Cómputos, fundamentalmente a causa de la conectividad, y también el traslado de los nodos y las copias.
El jueves pasado, cuando se probó el sistema, se detectaron los primeros inconvenientes: en algunas escuelas no había módems o los existentes no servían para la transmisión. Se probó de nuevo el viernes y, aunque hubo menos inconvenientes, éstos persistieron.
Aunque el Poder Judicial esperaba que este sistema agilizara e el recuento y permitiera una carga homogénea entre todas las localidades de Córdoba, esto no ocurrió. En caso de que fallara la transmisión de datos por alguna razón, Ocasa contaba con un plan de contingencia que consistía en trasladar la documentación (digital o física) a los 17 nodos, distribuidos estratégicamente, para concluir el proceso de transmisión. Este plan de contingencia tampoco fue suficiente para subsanar la situación en el marco de una elección tan reñida como la del domingo.
El conteo se estancó después de que se escrutó 80 por ciento de las mesas. Se estima que al menos mil de las 9.060 mesas de la provincia tuvieron que ser cargadas a mano.
Papelón
En duros términos, la presidente de Transparencia Internacional, Delia Ferreira Rubio, calificó el escrutinio provisorio de Córdoba como un “papelón”.
“Acá estoy siguiendo el papelón de la Justicia Electoral de Córdoba. Una vergüenza. Lo cerraron al escrutinio, lo venían actualizando luego de decir el tema de la conectividad, de traer las actas”, sostuvo.