jueves 21, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Los mediadores ¿somos médicos, magos o alquimistas?

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Por Gabriela Magris y Daniel Gay Barbosa *

Hace unos días, leímos un interesantísimo artículo escrito por un eximio Médico, Enrique Orchansky, que semanalmente publica una columna dominical en el diario La Voz del Interior (24/12/2022: La pregunta hipocrática). En esa nota planteaba una pregunta, que se adjudica al griego Hipócrates (460-370 AC), y que en su momento fue disruptiva. Como sabemos, Hipócrates de Cos es considerado el padre de la medicina actual (hacia 400 a. de C.) y es uno de los fundadores de la ciencia anatómica, ya que la colección hipocrática correspondiente a mediados del siglo IV a. de C. fue, según muchos, el primer tratado de anatomía. También fue el primero en recopilar de manera organizada los síntomas de los pacientes para elaborar los diagnósticos y a partir de ellos predecir el curso de las enfermedades. Hipócrates planteó que las enfermedades que afectaban a los hombres procedían de dos causas generales, a saber, el aire y la dieta. 

Haciendo un paralelismo, hoy imaginamos qué sería lo físico (la dieta) y el entorno y/o contexto (el aire). La pregunta con la que iniciamos la nota, que remitía a la que hacía Hipócrates, era: “Antes de curar a alguien, pregunta si está dispuesto a renunciar a las cosas que lo enfermaron”. A partir de allí la nota sigue avanzando en cuanto a que las enfermedades dejaron en ese tiempo en ser castigo de los dioses, o resultados diabólicos, sino que se empezaron a entender como una suma de factores biológicos, pero también personales, y de lo ambiental o contextual. El avance a partir de Hipócrates era entender que el desequilibrio de la salud es una construcción humana, o también a veces parte de la deconstrucción, en ocasiones pasando por el intento de destrucción de uno al otro y llegando a la autodestrucción; entonces se modificó la idea de pacientes pasivos para pasar a ser protagonistas del proceso de recuperación y curación.

¿Podríamos los mediadores, en base a ese análisis médico, sentir que somos un poco médicos? Quizás, si entendemos que la medicina es un conjunto de prácticas y conocimientos sanitarios que por medio de distintos recursos y técnicas especiales procuran aliviar y mantener la salud individual y comunitaria. Suena muy parecido a lo que es la mediación con relación a la gestión de los conflictos.

Ahora bien, muchas veces hemos escuchado en la mesa de mediación decir “hizo click”, “fue mágico” y si definimos a la magia como el arte o habilidad con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos, palabras y acciones y/o con la intervención de otros, resultados distintos a los esperados. O también al conjunto de conocimientos y prácticas, trucos y habilidades con los que se logran resultados sorprendentes y extraordinarios. Otra vez aquí podemos preguntarnos, ¿podríamos los mediadores, sentir que somos un poco magos? Quizás, teniendo en cuenta que vivimos situaciones en que los resultados del proceso sorprenden, se descubren caminos alternativos, se producen hechos maravillosos. Javier Alés describe en El Alquimista adaptado a los mediadores ese “…momento mágico donde ambas partes se dan la mano y ambos podemos considerar que han ganado. Algo que comenzó como en la batalla queriendo ganar con tus argumentos, termina teniendo que reconocer los argumentos del contrario que también respeta los tuyos…”.

Al citar a este autor, volvemos a reflexionar sobre nuestro rol de mediadores, ¿podríamos ser alquimistas? Entendiendo a la alquimia como el arte de mezclar sustancias para obtener otras. Si reemplazamos sustancias por situaciones/conflictos y las gestionamos para obtener un resultado diferente, quizás, podríamos considerarnos alquimistas. 

“…Cuando mediamos, mucho de lo que nos cuentan son sueños por cumplir. Ante el conflicto, las personas sueñan que podían estar mejor y por qué a ellas les ha tocado vivir esa situación, para la que no están preparadas…”. sigue diciendo Alés, lo que nos trae inmediatamente la idea de que somos mediadores porque tenemos la necesidad de ayudar a cumplir esos sueños y sentimos una gran pasión por lo que hacemos, porque tenemos un gran espíritu pacifista y esperanza de mejorar la calidad de vida de las personas.

En definitiva, creemos que los mediadores tenemos un poquito de médicos, de magos, de alquimistas… y de tantos otros saberes y profesiones, pero que fundamentalmente somos apasionados por la paz, por la construcción de consensos, la generación de una cultura de convivencia comunitaria, propiciando la solidaridad y responsabilidad social. Hace más de veinte años, cuando empezamos, parecíamos hechiceros que creían en utopías; hoy ya con intenso camino recorrido podemos exponer las ventajas y beneficios de los métodos pacíficos y participativos de gestión de conflictos y deseamos que no sólo se utilicen para estricta “receta y control” sino que cada vez más esté capacitada la sociedad para sumergirse en una cultura de paz.

(*) Abogados y mediadores

Comentarios 1

  1. Susana novas says:

    Muy interesante pregunta … seríamos médicos que curan de palabra… resolver un conflicto acompañados de colegas de distintas profesiones y miradas que enriquece la mediación en nuestra provincia enriquece nuestro accionar..

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