El kilo de carne vacuna en Brasil, principal exportador mundial, es 5,28% más barato que en Argentina, donde el Gobierno impone restricciones para los envíos al exterior, con el argumento de que la demanda externa impulsa un alza del precio. Así lo indicó un estudio de los economistas Juan Manuel Garzón y Tobías Lucero, del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea.
El Ieral llevó a cabo el sondeo en tiendas online de supermercados durante la tercera semana de mayo, a los efectos de incorporar a Brasil en la comparación de cotizaciones de carne bovina en la región, debido a la falta de estadísticas públicas sobre la materia en esa nación.
En esta medición, que alcanzó a 16 supermercados y más de 150 precios de cortes bovinos, el valor de una canasta de ocho cortes de calidad media y alta registró $2.687 por kilo en Argentina, $2.545 en Brasil, $3.174 en Uruguay y $3.555 en Chile.
“Estos precios en tiendas online de supermercados revelan que el país sigue teniendo, al igual que en mediciones anteriores, una carne bovina más barata que en Uruguay y Chile y que se ubica entre un 5% y 6% por encima de los precios de Brasil”, resumió el trabajo.
Brasil es líder exportador y probablemente sea el de mayor competitividad, debido a los menores costos, en materia de precios de hacienda y carne bovina en el mundo. Esto contrasta fuertemente con la doctrina del kirchnerismo para el sector, que impone restricciones para tratar de contener los precios.
“Si bien se trata de precios al consumidor, nótese que la brecha de valores con Brasil es tan reducida que una eventual importación de cortes desde ese origen, considerando los costos logísticos de poner esa mercadería en el país, tendría muy poco efecto, de tener alguno, sobre los precios internos del producto”, resaltó el informe.
Comparación con Chile y Uruguay
En la comparación entre Uruguay y Argentina, en este caso basada en precios de organismos públicos e instituciones mixtas, 12 cortes de carne bovina nivel consumidor final y valores para el mes de abril, se encuentra que el precio medio de esta canasta era de US$9,4 el kilo en Uruguay y de US$ 8,3 el kilo en Argentina (en ambos casos a tipo de cambio oficial). Es decir, en promedio, la carne en Argentina es 12% más barata que en Uruguay.
Esta brecha es menor a la observada en los últimos meses del 2022, cuando se aproximaba al 30% (a favor de Argentina), pero debe advertirse también que, durante otros momentos de un pasado no tan lejano, la carne en Argentina era más cara que en Uruguay: un 18% superior en 2015 y 8% en 2016.
En la comparación entre Chile y Argentina, basada en 13 cortes de carne bovina, el precio medio de esta canasta era de US$12,4 el kilo en el país vecino, mientras que de US$9,8 el kilo en Argentina. Para el mes de referencia, la carne bovina era 21% más barata en Argentina que en Chile. Aquí también se observa que la brecha era menor a la observada a inicios del presente año, cuando había llegado al 39%, siempre a favor de Argentina.
La carne se abarató un 15% interanual en términos reales
En el caso de Argentina, los precios al consumidor de abril se ubicaron 80% arriba del mismo mes del año anterior con relación a 18 cortes, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). “Una variación nominal que luce muy alta pero que en términos de la inflación local (109% para el mismo período) implica un ajuste en términos reales del 15%. Es decir, un importante abaratamiento del precio del producto”, remarcó el informe.
Según el trabajo, hay factores externos e internos que influyen en esta pérdida de valor. En lo que hace al contexto externo, la baja en los precios internacionales de la carne bovina respecto del año previo, el precio promedio de la tonelada exportada este año se ubica 27% por debajo del precio observado en el primer cuatrimestre de 2022.
En cuanto a los factores locales, por el lado de la oferta, la sequía y la falta de suficiente alimento para los animales, ha obligado a muchos establecimientos a acelerar e incrementar descartes y envíos a faena.
En tanto, por el lado de la demanda, se tiene un escenario macroeconómico complejo para el consumo, que combina caída del poder adquisitivo de los ingresos de segmentos sociales varios (asalariados, jubilados, cuentapropistas de baja productividad, etcétera) y la poca confianza respecto del futuro económico.
“Bajo este escenario, que combina una mayor oferta de carne con precios internacionales más bajos y una demanda interna contenida, parece difícil que los precios de la carne puedan recuperarse, en términos reales, durante los próximos meses. Una buena noticia para el consumidor, no tan buena para el productor de hacienda y carne”, destacaron.