79% de los encuestados ve el país demasiado burocrático. Igual porcentaje cree que el Gobierno pone muchas trabas administrativas y exige mucha papelería para abrir un negocio.
Una encuesta realizada a escala mundial por la consultora Gallup entre 2008 y 2010 muestra que los residentes de América Latina son los más propensos a ver al gobierno como una institución que “pone trabas” a los emprendedores que quieren iniciar un negocio. En este marco, 66% de los encuestados manifestó que sus respectivos gobiernos “no hacen que los permisos y los trámites para iniciar un proyecto sean fáciles”.
Si se comparan los resultados obtenidos en la región latinoamericana con otras regiones en lo que se refiere a “facilidades para emprender”, el promedio de los latinoamericanos que no están conformes es de 50%, mientras que en Europa es de 45 % y en EEUU o Canadá la disconformidad es de 38%.
Argentina, a la cabeza
En otro orden, según el estudio, el alto porcentaje negativo refleja una amplia gama de temáticas que las personas pueden percibir como una tensión entre el gobierno y los negocios privados, incluyendo la ola de nacionalizaciones de las empresas, regulaciones laborales más duras e incluso la confiscación de negocios en los últimos años.
Más aún, la percepción de los obstáculos gubernamentales a la actividad empresarial está generalizada en la mayoría de los países de América Latina, incluyendo algunas de las mayores economías de la región.
En la parte superior de la lista se encuentra Argentina, y muchos de los analistas aseguran que se debe a la “imprevisibilidad del gobierno respecto de los mercados”. Incluso en Brasil -que experimentó un crecimiento constante y es a menudo citado como una de las economías emergentes que impulsarán el crecimiento en todo el mundo- siete de cada 10 residentes dicen que el gobierno no tiene los permisos y trámites lo suficientemente accesibles para potenciales dueños de negocios y la mayoría (56 por ciento) no confía en el gobierno para que las empresas ganen dinero.
Principales consecuencias
Según la investigación, esta situación deriva en que muchos empresarios simplemente evitan registrar formalmente un negocio cuando las barreras y los costos asociados con ello son altos, lo que conduce a que en muchos países crezca la actividad económica no oficial.
En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que más de 70 por ciento de los trabajadores en los países en desarrollo tiene un empleo fuera del sector formal.
Entre otras cosas, el informe señala que los economistas aseguran que esta realidad puede crear “una situación que limita el potencial de la iniciativa empresarial como una fuente de buenos empleos y la movilidad social”.
Así, los emprendedores de bajos ingresos se quedan fuera del sector formal, porque no “pueden darse el lujo de cumplir con las engorrosas regulaciones gubernamentales ni pagar impuestos excesivos”, apuntaron los economistas.
Más aún, según la investigación, las empresas informales tienden a permanecer pequeñas y a menudo fracasan porque no tienen acceso a instituciones financieras, servicios públicos y a clientes formales.
A modo de conclusión, la investigación asegura que en toda América Latina, si se despejan las trabas burocráticas a emprendedores de bajos recursos, éstos pueden ingresar en la economía formal y aumentar sus probabilidades de éxito.