Se trata de una tendencia que se profundizó durante la pandemia. El crecimiento de los trabajos digitales y las estructuras laborales en remoto demandan perfiles que sepan adaptarse rápidamente y trabajar en grupo
Cuando los espacios físicos de las oficinas quedaron vacíos durante la pandemia, las empresas se enfrentaron al desafío de recrear el entorno laboral en la virtualidad. Este proceso implicó para las y los profesionales aggiornarse a las dinámicas del trabajo remoto. Reemplazar el cumplimiento de horarios por el desempeño según objetivos aceleró un proceso de reconversión que ya venía registrándose en un entorno atravesado por las convergencias tecnológicas.
De acuerdo con el último informe de la consultora Manpower Group, “para 2025 habrá 149 millones de nuevos trabajos digitales y 50% de la nómina de personal necesitará volver a capacitarse”. Esto implica que “para maximizar el retorno de la inversión, los empleadores tendrán que fomentar las habilidades digitales desde adentro”.
A la necesidad de incorporar la capacidad de resolver desafíos propios de la digitalización de los procesos productivos y de gestión, el estudio citado plantea que en el contexto de la pospandemia es igualmente importante “rehumanizar” los espacios laborales. ¿En qué aspectos y variables se traduce este desafío? La respuesta a esta pregunta viene junto con poder repensar y revalorizar la importancia de las habilidades blandas en aquellas personas que trabajan, que forman parte activa del esquema productivo de una empresa.
Las habilidades blandas –soft skills- son rasgos de personalidad, socioemocionales, de comunicación, lenguaje y hábitos que moldean los vínculos que los individuos establecen con otras personas. En lo laboral, se relacionan con la capacidad para interactuar efectivamente con colegas, jefes, dependientes y clientes y son complementarias de las habilidades duras o conocimientos técnicos. Al tomar en cuenta el contexto de cambios que ocurre en el mundo del trabajo, estas competencias tienen un papel cada vez más importante para el funcionamiento de los equipos de trabajo y la productividad de las organizaciones.
Según un estudio elaborado por la consultora de recursos humanos (RRHH) Randstad, en Argentina, la flexibilidad para adaptarse a los cambios (23%) es la habilidad social más importante para quienes trabajan.
Para las personas encuestadas en el citado estudio, siguen en orden de importancia: disposición para el trabajo en equipo (19%); capacidad resolutiva (18%); organización y gestión del tiempo (15%) y habilidad de comunicación (11%), completando el “top 5” de habilidades blandas más valoradas. Con menor adhesión, completan la lista: liderazgo (6%); proactividad (5%); negociación (3%) y, por último, creatividad (1%).
Entre los argentinos, 88% considera que las habilidades blandas son imprescindibles para el trabajo y señala la flexibilidad para adaptarse a los cambios como la más importante.
Por su parte, tan solo 11% cree que las soft skills son medianamente importantes y, en el extremo opuesto, apenas 1% de los consultados considera las habilidades sociales irrelevantes para su trabajo.
Lo cierto es que obtener o mejorar estas habilidades se encuentra en la agenda de las oficinas de RRHH, aunque las personas que trabajan aún no lo consideren un tema tan urgente de abordar. En esta línea, el reporte elaborado por Randstad reveló que 77% de los consultados afirma que tiene muy desarrolladas sus habilidades blandas, 22% considera que éstas están algo desarrolladas y 1% confiesa que las tiene muy poco o nada desarrolladas. La autopercepción es alta.
“Hoy por hoy, la mayoría de los trabajadores es consciente de la relevancia que han adquirido las habilidades blandas, tanto para acceder a oportunidades de desarrollo y posiciones de liderazgo como para mantener y potenciar la empleabilidad en un mercado laboral cada vez más competitivo”, afirmó Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay.
En este contexto, Ávila reconoció que en la actualidad “las organizaciones ofrecen una amplia variedad de capacitaciones ligadas al desarrollo de las habilidades blandas de sus trabajadores, como cursos de liderazgo, procesos de coaching, talleres para el trabajo en equipo, entre muchas otras variantes, que son muy valoradas por los colaboradores como parte de su propuesta de valor”.
Buscar talentos con soft skills
Las habilidades blandas se han consolidado como una de las competencias claves que todas las organizaciones y empresas buscan en el momento de de sumar talento. “Es muy importante que las personas tengan presente el rol que tienen para su carrera profesional y dediquen tiempo y recursos a su desarrollo, ya que, si bien algunas personas pueden tener una predisposición natural para las habilidades blandas, como la empatía o la habilidad de resolver conflictos, siempre es posible mejorarlas mediante la formación, la autorreflexión, la retroalimentación y la práctica consciente en situaciones profesionales y personales”.
Es que las prácticas que tienden al bienestar en el ámbito laboral repercuten en la productividad y en la calidad de vida de las personas, en aquello que el coaching entiende como “el buen vivir”. Siguiendo el planteo de una referente en el desarrollo de habilidades blandas, Cristina Schwander, ella plantea en su más reciente libro que “desarrollar la capacidad de establecer vínculos a través de la asertividad, la resolución de conflictos, la comunicación también es parte importante de nuestra autogestión” como personas. “La Inteligencia Emocional es un camino del vivir que se entrena a través de diversas técnicas”, completa la especialista y cofundadora de la Universidad Siglo 21.
En la última edición del reporte The Future of Jobs, el World Economic Forum (WEF) incluyó las 10 habilidades principales para el futuro en función de los desafíos que depara un mercado laboral en constante transformación. Entre ellas se destacan las orientadas a la resolución de problemas, el liderazgo y la flexibilidad.
Cuáles son las habilidades laborales que se requerirá de las personas hacia 2025
- Pensamiento analítico e innovación
- Aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje
- Resolución de problemas complejos
- Pensamiento crítico y análisis
- Creatividad, originalidad e iniciativa
- Liderazgo e influencia social
- Uso, seguimiento y control de la tecnología
- Diseño y programación de tecnología
- Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad
- Razonamiento y resolución de problemas.
Cuáles son las habilidades digitales más valoradas
- Comunicación en línea: manejar diversas plataformas: correo electrónico, videoconferencias y apps de gestión de proyectos.
- Conocimiento de redes sociales: experiencia en el uso de éstas para fines profesionales. Esto incluye la creación de contenido y gestión de la presencia en línea de una marca.
- Conocimiento básico de las aplicaciones de oficina: destacarse en el manejo profesional de Microsoft Office o Google Suite siempre es un plus.
- Habilidades de análisis de datos: poder leer, analizar y elaborar datos para ayudar a tomar decisiones informadas y optimizar resultados.