Un nuevo informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa asegura que las ventas de fin de año se contrajeron frente a un año atrás, pese a la euforia mundialista, el bono y los planes de financiación.
Las ventas navideñas en los comercios minoristas pymes bajaron 1,8% en términos reales respecto de la Navidad del año pasado, informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este dato choca con los datos de recuperación del consumo que se conocieron la semana pasada y vuelve a señalar que la economía argentina se sigue enfriando pero sin resolver sus problemas. El relevamiento se hizo el viernes 23 y el sábado 24 de diciembre en 232 comercios pymes del país por un equipo de 30 encuestadores, precisó CAME.
Según dicho informe el ticket promedio de venta fue de $9.410 pesos, siendo la categoría “Audio, video, celulares y accesorios” (con $10.985) la que se llevó los mayores valores y Librerías (con $5.222) la que ocupó el extremo inferior de la tabla. La industria del libro es siempre la más castigada en momentos de crisis, lo que se refleja en el bajo valor del ticket promedio del área.
Las caídas más fuertes se dieron en los rubros de indumentaria (-14,4%), Librería (-7,5%) y Calzado (-5,1%), en tanto Cosmética y Perfumería (2,1%), Juguetería (3,4%) y Audio, video, celulares y accesorios (4,2%) vendieron un poco más que el año pasado. La pronunciada caída de indumentaria y calzado refleja, por su parte, una situación que se viene viendo hace tiempo. Los precios del sector -uno de los más protegidos de la economía nacional- obedecen a los altos precios de sus productos, que obligan a priorizar y postergar consumos.
“Más allá de las restricciones en el presupuesto familiar que viene desalentando las ventas minoristas, esta Navidad tuvo una menor cantidad de días hábiles para realizar compras con respecto a la del año pasado, situación que explica parte de este resultado”, dice el informe de CAME, que explica también que el feriado del martes 20 decretado por el Gobierno (y anulado posteriormente por la Justicia) para celebrar la llegada de la Selección argentina campeona en el Mundial de Fútbol Qatar 2022 y la final del domingo 18 de diciembre quitaron jornadas de consumo.
“Estábamos ocupados con el mundial” o “No alcanzó el tiempo para comprar”, fueron algunas frases repetidas y quedó reflejado en que el sábado hubo agolpamiento de gente en los locales comerciales desde muy temprano y hasta muy tarde. Esto tuvo que ver, además, con la especulación de muchas personas respecto a la posibilidad de encontrar ofertas de último momento.
Por los márgenes más ajustados y cierta incertidumbre sobre los costos de reposición de la mercadería post-fiestas, hubo escasez de promociones. Solo la mitad de los negocios de la muestra realizó alguna, cuando en 2021 casi el 70 por ciento de estos ofrecieron algo. Esta incertidumbre se asocia, principalmente, a la elevada inflación reinante y a la dependencia respecto a los programas oficiales de subsidio de las tasas para el consumo de bienes.
Efecto Mundial
Al ser consultados acerca del efecto del mundial de fútbol de Qatar 2022 sobre las ventas, el 44% de los comerciantes comentó que fue regular, el 25% evaluó que fue negativo sobre las ventas, el 21% registró efecto positivos, el 6% lo calificó de “muy malo” y el 5% de “muy bueno”. El efecto mundial retrasó la conciencia sobre la llegada de la Navidad. Como lo señaló un periodista cordobés que cubrió Qatar: recién al llegar a la escala en España se dio cuenta de que faltaba menos de una semana para Nochebuena.
Según los consultados, ese efecto mundialista sobre las ventas se deriva, a su vez, de la “cantidad de gente en la calle” (29%) y “los festejos de la obtención de la Copa del Mundo”, que incluyó un feriado que limitó la presencia de consumidores y trabajadores en los negocios minoristas (20%). Un 18% apuntó al limitado poder de compra del salario, un 16% a los cortes de calle y problemas de circulación y el 17% restante a “otros efectos”.