Por Luz Saint Phat / [email protected]o
Un informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones pone foco en que las “inferencias” producidas mediante procesos de big data pueden influenciar acciones discriminatorias y procesos decisorios automáticos. Una discusión que cuestiona el poder de las grandes corporaciones digitales
Noviembre comenzó con una noticia en el mundo digital de gran impacto: el magnate Elon Musk tomó el control de la red social Twitter, pagando a sus ya antiguos dueños la suma de 44 mil millones de dólares, posteriormente a una prolongada batalla legal.
Además de la novedad en materia de negocios, la adquisición de la plataforma puso sobre la mesa de debate la libertad de expresión y cómo son utilizados los datos de los usuarios por las grandes corporaciones tecnológicas.
Desde un primer momento, causó gran revuelo el hecho de que el empresario anunció que creará un “consejo de moderación de contenido”, además de reordenar las políticas de privacidad.
Así, algunos artistas y referentes del debate político en Estados Unidos (EEUU) decidieron cancelar sus cuentas en la red del pajarito.
Al respecto, resulta interesante entonces reflexionar sobre cómo el ingreso de datos personales en las plataformas también puede impactar “invisiblemente” en la subjetividad, promover actos de discriminación e incidir en procesos de decisión, entre otros riesgos. Esto, incluso, más allá de la cuestión estricta del negocio relacionado con las publicidades que circulan en estos espacios virtuales.
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