El Comité de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) definirá hoy en Washington si le pone un techo a la suba de su tasa de interés o si, contrariamente, continúa con la estrategia de contraer el circulante de dinero para contener a la inflación.
Según pudimos averiguar, agentes del mercado dan por hecho una cuarta suba que llevaría a la tasa a niveles récord, la más alta en los últimos 40 años. En efecto, de ocurrir, repercutiría de manera directa en la performance de diferentes activos financieros y el volumen de operaciones en el mercado bursátil como ocurriera en las anteriores subas. Además, esto también podría repercutir negativamente en las acciones de compañías argentinas que cotizan en la bolsa neoyorquina.
Quienes pronostican una suba de la tasa, advierten que si bien la inflación norteamericana comenzó a menguar desde el 9,1% en junio (récord interanual en 40 años), desacelerando a 8,2% en septiembre, aún continúa alta. Además, la inflación núcleo tuvo una performance ascendente al llegar a 6,6% el mes pasado, que podría marcar tendencia al alza.
Sin embargo, otros analistas advierten que el enfriamiento de la demanda que se advierte en los últimos meses podría moderar la estrategia de subas agresivas que la máxima autoridad monetaria norteamericana viene ejecutando para contener los precios. En el mismo sentido, sostienen que una suba agresiva repercutiría también en el nivel de actividad económica congelando una demanda que muestra indicios de depresión.
En efecto, la suerte de la tasa (y del encarecimiento financiero) depende del objetivo inflacionario que se trazaron para este 2022. Si la FED ratifica el objetivo de inflación de 2%, lo más probable es que las tasas continúan al alza, de lo contrario puede que se moderen.