ESCUCHARLa Comisión de Presupuesto y Hacienda de diputados reanuda este martes la discusión sobre las erogaciones para el ejercicio fiscal 2023. El oficialismo pretende contar con la aprobación de la Cámara Baja la próxima semana, para lo cual necesita avanzar en acuerdos con la oposición y conseguir mayor respaldo político.
El proyecto de Presupuesto 2023 enviado por el Gobierno Nacional contempla un gasto general de casi 29 billones de pesos, un crecimiento del nivel de actividad de dos por ciento; además, una desaceleración de la inflación, estimada en 60 por ciento; y un descenso del déficit fiscal de 2,5% a 1,9% del PBI.
Entre miércoles y jueves de esta semana buscará el Gobierno tener la firma del dictamen con los cambios que proponen tanto de parte del Frente de Todos como de los bloques opositores, según comentó el diputado Carlos Heller, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Tras la votación de diputados, esperan con la aprobación del Senado en la segunda quince de noviembre.
El proyecto estima un gasto total de casi $29 billones, con una recaudación aproximada de $22,5 billones y un déficit primario arriba de los $6 billones. Para cubrir ese rojo, el Gobierno necesitará unos $800.000 millones de adelantos transitorios del Banco Central y más de 3,7 billones de pesos del mercado.
Los puntos más conflictivos que tendrán que zanjarse para poder llegar a un acuerdo en los tiempos que propone el oficialismo son el aumento de las partidas para las universidades, los subsidios para el transporte público en el interior del país, las retenciones y la inclusión de determinadas obras públicas.
Sobre los subsidios al transporte, una de las erogaciones más pesadas que representan más de 30% del gasto en Servicios Económicos (sólo superado por los subsidios energéticos), legisladores de diferentes bloques proponen subirlo. No pocos consideran insuficiente el monto pidiendo más recursos y mayor equilibrio en la asignación del subsidio entre el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el interior del país.
Otros dos puntos serán centrales en las negociaciones de esta tarde, por un lado, la inflación proyectada que significaría una baja de 40 puntos porcentuales respecto a la actual. Sobre este punto, la oposición pide precisiones, más aún cuando el titular del Palacio de Hacienda dejó entrever que el Gobierno tiene entre manos el tan ansiado plan de estabilización.
Además de conocer las políticas económicas que anunciaría en la brevedad, otro punto que generará tensiones es el relativo a la pauta de inflación y su impacto en la recaudación. Como siempre ocurre, los bloques opositores querrán incluir algún artículo que clarifique la asignación de los recursos que se recaudarían “de más”, si las subas de precios superan las proyectadas en el Presupuesto, tal como hicieron en 2020.
Particularmente Juntos por el Cambio expresó que quiere impedir cualquier incremento de retenciones. Por tanto, buscará determinar las alícuotas de antemano y habilitar al Gobierno a moverlas sólo si se trata de una rebaja. En el Frente de Todos ven a este punto como el más conflictivo para celebrar un acuerdo.
