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La moda existe gracias a la creatividad, la que se traduce tanto en la originalidad de los modelos y diseños como en la logística y el plan de negocios, que permiten lograr las ventajas competitivas necesarias para el éxito. Todo este capital intelectual que se une a una marca distintiva se convierte en el mayor valor de la empresa de moda. No obstante este hecho evidente, muchos negocios ponen poca atención en la protección de sus activos en materia de propiedad intelectual.
Cuando pensamos en la moda, hay varios bienes que se pueden proteger por medio del régimen de propiedad intelectual. Si bien lo primero que viene a la mente es la marca, también es importante el diseño o modelo creado, el estampado de los textiles y la calidad tecnológica de los materiales utilizados en su elaboración. Asimismo, en algunos negocios adquiere gran importancia el diseño de las vitrinas, la particular iluminación y ambientación de las tiendas y, en muchos casos, hasta el empaquetado de los productos vendidos.
Todos estos elementos pueden ser objeto de protección por el derecho, ya que constituyen alguna forma de propiedad intelectual.
La moda como industria creativa depende en gran medida de esa creatividad que emana de los diseñadores para generar un concepto, una idea, un diseño.
Lo cierto es que la industria de la moda es muy amplia y las necesidades de protección derivan, en gran medida, del tamaño, mercado y sector de la moda en la cual se desenvuelve una determinada marca.
En la mente del diseñador de moda se genera, entre sus principales preocupaciones, cómo proteger sus ideas, sus relaciones comerciales y su talento; cómo proteger el proceso de producción y el modelo de negocio, sobre todo si este proceso es innovador y representa una ventaja competitiva frente al resto.
La propiedad intelectual se ha convertido en un elemento clave en el negocio de la moda y ha contribuido al crecimiento del negocio.
La monetización se consigue mediante la creación de elementos valiosos para el mercado, como los estampados y diseños que se utilizan en las diferentes prendas, por medio de los cuales se reconoce una determinada marca.
La importancia de la protección de los derechos de propiedad intelectual es fundamental en el mundo de la moda, ya que es la única forma de crear un entorno seguro para que los diseñadores tengan la tranquilidad de que sus creaciones tendrán la debida protección.
Por eso es tan importante que los propios diseñadores de moda se informen sobre su importancia; y se formen y asesoren para obtener la mejor protección de sus derechos.
Es por ello que las marcas de ropa tienen el reto de conseguir un sólido respaldo legal mediante el registro de los derechos de propiedad intelectual, que les permita evitar el uso ilegítimo de su imagen y luchar contra los falsificadores, que tanto daño hacen a las marcas de moda, tanto en su reputación como en el aspecto económico. La reputación de una marca es la base de su éxito y por eso hay que protegerla y, aunque muchas veces es extremadamente difícil evitar las falsificaciones, con una legislación eficaz que proteja los derechos de propiedad intelectual en los diferentes países es posible reducir los riesgos y los daños y ayudar así al crecimiento de la industria y de la economía en general.
En el desarrollo de una empresa pueden intervenir otras áreas del derecho, como el laboral, el mercantil, el administrativo o el penal. Precisamente, los delitos contra las propiedades industrial e intelectual también juegan un papel crucial en la moda, debido a los escandalosos datos de falsificación y copia de los últimos años. Estos delitos afectan en mayor medida las marcas conocidas o de renombre, porque su uso indebido puede causar un grave daño a su reputación e imagen.
Por otro lado, como consecuencia de la evolución de la industria de la moda en el sector online, se hace necesario el asesoramiento en relación con la privacidad, el patrocinio y la publicidad en redes sociales y otros medios de comunicación.
En conclusión, la buena gestión de los activos de propiedad intelectual agrega valor al negocio y lo hace más atractivo para inversionistas, lo que tiene mucho sentido cuando se mira el negocio con ojos de futuro.
(*) Agente de la propiedad industrial. (**) Abogada
