La presidenta Cristina Fernández anunció ayer por cadena nacional que se iniciarán las negociaciones con el Club de París para la cancelación de la deuda, sin la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La deuda del Estado argentino con el Club de París se arrastra del default tras el estallido de la convertibilidad, un régimen que requería de la entrada de capitales (privatizaciones y luego endeudamiento) para sostener la paridad cambiaria.
El resto de la deuda pública actual, que representa 48,6% del PBI -uno de los más bajos de la región – pudo reestructurarse con los dos canjes en 2005 y 2010, lanzados por el Gobierno nacional.
En ese sentido, el anuncio de la Presidenta se presenta como una acción que da continuidad a la política económica de desendeudamiento planteada desde el gobierno de Néstor Kirchner, quien en 2005 reestructuró 62 mil millones de dólares de dólares e involucró a más de 70 por ciento de los acreedores. En aquel momento, Kirchner planteó también la ruptura con los lineamientos del FMI.
Ayer la primera mandataria anunció que el Club de París accedió a negociar la deuda sin “comisiones, bancos, empresas, ni asesores”.
En ese sentido, Cristina Fernández actualizó el compromiso de su gestión que redobló dos semanas atrás tras la muerte de su marido y garantizó “a los 40 millones de argentinos” que se completará el último tramo de desendeudamiento “sin restricción al crecimiento” de la economía nacional y con inclusión social. La Presidenta afirmó que se trata de una “negociación realista”.
“En 2011 saldremos definitivamente del default”, afirmó Cristina y destacó que la reestructuración de la deuda generó confianza internacional. “El tiempo nos dio la razón”, dijo con respecto al pago de la deuda mediante reservas del Banco Central, que había sido criticado en su momento por sectores de la oposición.
La Presidenta destacó los 10 años que llevó la “reconstrucción” del país heredado de 2001 y se comprometió a profundizar las políticas iniciadas en 2003.