A mediados del mes en curso comenzó la temporada de orcas en la lobería Punta Norte, uno de los avistajes más difíciles y codiciados en península Valdés.
Hasta fines de abril, alrededor de treinta ejemplares de orcas se acercan a este rincón de la costa patagónica argentina para cazar y alimentarse de crías de lobos marinos. Es uno de los fenómenos naturales más espectaculares, que convoca a fotógrafos, documentalistas, científicos y turistas de todo el mundo.
Las orcas son atraídas a Punta Norte por las crías de lobos marinos de un pelo que, nacidos a principios del verano, recién empiezan a separarse de sus madres y a nadar por su cuenta.
El modus operandi de estos ejemplares, que en el caso de los machos llegan a pesar hasta diez toneladas, se conoce como “varamiento intencional” y consiste en aprovechar el impulso que les dan las olas, siempre con la marea alta, para lanzarse a las rocas de la costa y así cazar lobitos marinos.
La colonia de lobos puede perder , por año, hasta un diez por ciento de la descendencia en bocas de orcas, y el pico de la temporada dura apenas entre diez y quince días.
Por esta razón y porque los ejemplares no se cuentan de a cientos (como ocurre con los delfines patagónicos, ballenas francas y pingüinos de Magallanes de esta zona), se precisa de mucha suerte y paciencia para poder avistar orcas en el preciso momento del varamiento.