Por Jorge Fabián Villalba*
Actualmente, el mundo crypto (o cripto) es centro de numerosas dramatizaciones y puestas en práctica del mejor arte persuasivo desplegado, quienes son beneficiarios de la gracia divina que les ha permitido encontrar el gran negocio de sus vidas y que, altruistamente, deciden compartir con otros, para que cada día nuevos millonarios se sumen al grupo -supuestamente.
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