Si se trazara una suerte de ruta del patrimonio histórico -arquitectónico del país, seguramente aparecería como parada obligada el Palacio San José, en Concepción del Uruguay, Entre Ríos.
Esta soberbia mansión fue construida por encargo del general Justo José de Urquiza. Desde allí dirigiría los destinos de Entre Ríos y de la Confederación Argentina.
La obra demandó nueve años de trabajo, entre 1848 y 1857, y fue encomendada al arquitecto italiano Jacinto Dellepiane, quien la abandonó a poco tiempo de iniciada. Ante esta circunstancia, el trabajo fue confiado al arquitecto Pietro Fossati.
Llamada por su propietario “Posta San José”, con el tiempo, su cuidada factura arquitectónica inspiraría a los visitantes a referirse a ella como “El Palacio”.
Fue la primera edificación del país en contar con servicio de agua corriente e iluminación generada por gas acetileno y se convertiría en el principal atractivo histórico de la provincia de Entre Ríos.
La estancia llegó a tener 2.500 hectáreas, de las cuales 20 estaban destinadas a parques, jardines y una gran quinta de frutales. En medio de éstos, aparece aún el casco principal, en cuya suntuosa arquitectura se adivina una armónica mezcla de estilo renacentista italiano.
Se conservan aquí piezas de valor histórico, documentos y objetos cotidianos; todo en una perfecta disposición de época que invita a conocer el pasado desde su apariencia. Posee más de 30 habitaciones, una de ellas marcada por el asesinato del General, el 11 de abril de 1870.
De residencia a museo
Su acceso principal se halla dominado por un jardín francés y el sector posterior alberga un espejo artificial, mereciendo el mote de “Parque del lago”. Alberga también un acceso secundario sobre el ala norte, frente a la cual se ubican la herrería, la pulpería, un restaurante. Desde allí donde parten los paseos en carruaje por la glorieta.
Su frente, enmarcado por dos torres simétricas ubicadas en las esquinas, está adornado con un friso con motivos clásicos y un barandal que en su centro tiene el escudo provincial. Éste da paso al Patio de Honor, el ambiente principal de la casa, rodeado de galerías con columnas toscanas. El lugar fue escenario de importantes agasajos efectuados a las diversas personalidades que visitaron la residencia, entre ellas, el presidente Domingo Sarmiento, en 1870.
Actualmente, se destacan en este sector, además de la reconstrucción escénica de las habitaciones del pasado, la Sala Benjamín Victorica, la Sala Juan Manuel Blades, la Antesala y la Sala de la Tragedia. Ésta última ocupa el dormitorio principal, donde fue asesinado el general Urquiza.
El segundo patio, denominado Patio del Parral, está bordeado por un parral de hierro forjado. Actualmente puede contemplarse en este sector una representación de la cocina con enseres que pertenecieran a la familia Urquiza, incluyendo la enorme cocina a leña circular de seis lados. Otro interesante atractivo es la Sala de Prensa, donde se exhiben avisos clasificados, publicidades y páginas de periódicos de 1800.
Existe un tercer patio donde se encontraban las dependencias y habitaciones para el personal de servicio.
En el extremo sur, la molienda de granos, la panadería y las cocheras. Simétricamente, a ambos extremos, dos palomares coronan las edificaciones; mientras que en el sector norte, el Oratorio de San José se destaca por su delicada arquitectura y la decoración interior de la cúpula.
Visitas al Palacio
Para conocer este imponente edificio se organizan visitas guiadas. Los amantes de la historia encontrarán aquí un lugar en el que el tiempo se ha suspendido allá por el año 1800.
Sus enormes habitaciones, salas, pasillos y galerías han quedado tal como estaban dispuestas a la muerte de su dueño. El silencioso misterio que se esconde en muebles, muros y efectos personales de la familia, hace de este majestuoso lugar un reducto de incalculable valor.