jueves 14, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Efectos de la pandemia en la economía local

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Por Marcela Palacios (*)

Sabemos que nadie puede salir ileso o igual que antes de una crisis. La aparición del covid-19 provocó serias transformaciones económicas, sociales, familiares, etcétera.

Podemos mencionar con total certeza que el comercio electrónico en todos sus medios y modalidades fue el protagonista en la economía de mercado, logrando de manera “coercitiva” incluir a clientes que aún no lo utilizaban, así como empresas que debieron rápidamente convertirse a este canal para no desaparecer.

Muchas lo hicieron de manera rápida y siguieron funcionando, sin grandes complicaciones; otras indefectiblemente salieron del mercado. 

Se calcula que 30% o 40% de comercios de la zona céntrica de Córdoba cerraron definitivamente como consecuencia de la pandemia.

Muchos otros iniciaron el camino a través de las vías digitales, por lo que resulta difícil contar con estadísticas oficiales que permitan medir ese impacto.

Una consecuencia que ha llamado la atención de la psicología social y económica es el fortalecimiento de comercios y servicios en zonas barriales; una fuerte metamorfosis económica, urbanística y social, no de menor importancia, que denomino “resurgimiento de las economías barriales”. 

Esta nueva organización de los polos económicos de la ciudad ha brindado la oportunidad de crecimiento a las micro y mipymes que se encuentran físicamente ubicados en zonas residenciales y barrios alejados de los grandes supermercados y  centros comerciales. 

Este fenómeno de apertura y reactivación de negocios “de cercanía” provocó cambios en las conductas de los clientes y consumidores, lo que potenció un comportamiento distinto y brindó una oportunidad a las mencionadas economías barriales.

Cuando hablamos de éstas hacemos referencia al entramado productivo compuesto por comercios y por propuestas de servicios que se desarrolla en una zona de influencia de varios barrios, delimitado el territorio en general por grandes avenidas, rutas o, en el caso de Córdoba, la avenida Circunvalación.

Antes del nacimiento de hipermercados y centros comerciales de grandes superficies, las economías estaban organizadas de esa manera, siendo el casco céntrico casi la única opción o competencia, basada en precios generalmente.

Con el asentamiento de las grandes superficies desde los 90 en adelante, las costumbres de los habitantes fueron cambiando, tanto en sus momentos de recreación como en las compras de consumo de todo tipo.

El estilo de vida familiar fue mutando, un poco por las realidades detalladas. Otras veces, por razones urbanísticas y de desarrollo, sobre las que ya hemos reflexionado en ocasiones anteriores.

Las economías de barrio, que hasta ese entonces concentraban el mayor consumo familiar, entraron en una profunda crisis ya que les costó demasiado competir con los precios y la logística de la gran nueva competencia. 

Las medidas implementadas por el Gobierno nacional, producto de la aparición del covid-19, generaron fuertes transformaciones inmediatas, alentadas por el decreto nacional 297/2020, y “motivaron” a los clientes a elegir productos y servicios de la zona de residencia que, junto al teletrabajo, fueron aliados en esta nueva realidad.

Todo este efecto disparó las ventas de los negocios de cercanía los que, incluso muchos de ellos, pudieron capitalizar y se volvieron competitivos tanto en calidad como en precio, desplazando en un gran porcentaje la opción prioritaria de acudir a los supermercados o centros comerciales de gran tamaño, como sucedía hasta antes de la pandemia. 

Esta transformación en el comportamiento de los consumidores alentó a los inversionistas y/o desarrollistas en la edificación de zonas comerciales que sirven a los barrios y urbanizaciones que colindan o nuclean, armando una dinámica propia.

A escala mundial es una tendencia que se viene visualizando en muchos países y ciudades de Europa, donde la “cercanía y los medios de transporte sustentables” apuntan a un cambio de conducta de los habitantes, que contribuye a un ambiente más sustentable.

Siempre se considera un factor clave, en estos contextos, la intervención del gobierno local como articulador de estas modificaciones, para que éstas estén orientadas a objetivos de bienestar común y sustentabilidad. 

Incluso la no intervención, en este caso, también puede ser una manera de expresarse y regular los agentes de la economía local.

(*) Magister en Administración Pública.

Comentarios 3

  1. Nicolas Cabrera says:

    Excelente Artículo!

  2. rosana sesin says:

    Excelente enfoque Marcela asi es todo se transformo el mundo cambio y tb lo económico lo social lo familiar.

  3. Ani Boretto says:

    Gracias Marcela Palacios por ser tan clara al referirte a tremendo tema. Como emprendedora he pasado por esta situación y he visto como, el encierro por pandemia, hizo volar la creatividad y florecer enérgicamente a muchos pares que se re inventaron para vivir una nueva historia de su vida. Algunos abandonaron el camino por no saber dónde focalizar su venta, pero somos muchísimos los que encontramos ese punto de venta necesario para ser conocidos por una clientela que vino para quedarse en las ferias barriales.

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