ESCUCHARMientras más grande es la ciudad, mayor es la sensación de abatimiento. Más satisfacción laboral en localidades pequeñas. Mayor cansancio y estrés en las mujeres respecto a 2020. Crecimiento de las ganas de irse del país. La solidaridad aparece como valor máximo; bajó la valoración de Estado y mercado.
Quienes viven en ciudades más pequeñas tienen una mayor sensación de bienestar que quienes viven en ciudades grandes. Aunque en 2021 bajó, en general, el porcentaje de satisfacción con respecto al año pasado. Sin distinción del lugar de residencia, el porcentual en este rubro bajó de 79 por ciento en 2020 a 67 por ciento este año. Mientras más grande es la ciudad, mayor es la sensación de tristeza. Las mujeres sienten más estrés, tristeza, preocupación e intranquilidad.
Así comienza una larga lista de resultados de un estudio realizado por la Fundación Colsecor, con base en una encuesta realizada en julio pasado a 1.567 argentinos.Indaga además en la potencialidad migratoria a otro país, que aumentó respecto a 2020.
Se observa también una baja en la participación en instituciones y, sin embargo, un aumento en la participación política.
Por otro lado, bajó la valoración del Estado y del mercado; y la solidaridad se manifiesta como máximo valor, a pesar de estar viviendo un contexto pandémico. El sentimiento de cooperativismo, solidaridad y bienestar colectivo se destaca por sobre la autonomía y las libertades personales.
Por segundo año consecutivo, “Medición de calidad de vida en pueblos y ciudades” evaluó el bienestar en la vida cotidiana, así como la satisfacción con el lugar donde se habita.
Intervinieron en el diseño e implementación de la encuesta la socióloga Natalia Calcagno y el politólogo Mario Riorda.
“Las mujeres sienten este año más estrés, tristeza, preocupación e intranquilidad. Así, se observa que 52% de ellas manifiesta estrés (cifra que desciende a 43% en los hombres encuestados), 31% de las mujeres expresa tristeza (19% de los hombres), 59% manifiesta preocupación (el porcentaje desciende a 47% en los hombres) y 51% de las mujeres encuestadas siente intranquilidad (43% en los hombres)”, detalla el informe.
En cuanto a la potencialidad migratoria entre los encuestados, surgen dos aristas. Este año, 52% de los participantes del estudio afirma que probablemente se iría al exterior, frente al 46% de 2020. Por otro lado, la posibilidad de migrar de ciudades grandes a las pequeñas dentro de nuestro país se mantiene alta, supera 50%, al igual que en 2020. Asimismo, aumenta la potencialidad migratoria de localidades pequeñas a grandes.
Para Riorda, la diferencia de los resultados entre 2020 y 2021 es que se consolida el direccionamiento de las respuestas pero el grueso de las posturas plantea algún grado de escepticismo social. “Se puede advertir de que hay un deterioro en la calidad de vida en general y por lo tanto esto tiene que ver con la percepción de servicios, de oferta de oportunidades laborales en las localidades, con el bienestar emocional, la sensación de optimismo a futuro y una cantidad de elementos que en pandemia están impactando negativamente a la mayoría de la población”, explicó el politólogo a Comercio y Justicia.
El estudio de Colsecor describe además una baja en la participación en instituciones y un aumento en la participación política: “La valoración del Estado y del mercado baja de 7 puntos a 6 este año. Por otro lado, la solidaridad se manifiesta como máximo valor, a pesar de estar viviendo un contexto pandémico, el sentimiento de cooperativismo, solidaridad y bienestar colectivo se destaca por sobre la autonomía y las libertades personales”.
En relación con la participación, se manifiesta más colaboración comunitaria, intervención en organizaciones deportivas, cooperativas, asociaciones civiles y profesionales en las localidades más pequeñas.
Riorda se refirió al aumento en la participación política. “Hay un ascenso discreto en partidos políticos y ha aumentado todo lo que tiene que ver con la posibilidad de queja en cuestiones que podríamos incluir como activismo político. Dentro de ello, las acciones de protesta y dentro de éstas la protesta digital”, describió, al tiempo que destacó como buena noticia que este descontento ocurre dentro de un cauce institucional y democrático. “Eso es algo que hay que reflejar como un hecho positivo, mucho más tratándose de un clima de altísimo nivel de susceptibilidad, incertidumbre, desesperanza y de cierta desafección política”, concluyó.
Percepciones según el tamaño de la localidad
El relevamiento desagrega los resultados según el tamaño de las comunidades: pequeñas (-10.000 habitantes), medianas (entre 10.000 y 35.000 habitantes), intermedias (entre 35.000 y 100.000 habitantes) y grandes (más de 100.000 habitantes) de nuestro país.
Se observa que quienes viven en localidades pequeñas sienten menos tristeza e insatisfacción laboral y se muestran más conformes con sus ingresos que quienes habitan grandes urbes.
Por otro lado, en aspectos como la diversidad de especialidades médicas, a más pequeña la comunidad, mayor es la disconformidad.
Se descubrieron enormes diferencias sobre la percepción de inseguridad. En general, se advierte que ésta es mayor que en 2020, muy alta en grandes ciudades y baja en pequeños pueblos. Por otro lado, la preocupación por el narcotráfico es transversal aunque levemente menor (pero igual de significativa) en pueblos.
Al abordar las percepciones en torno a los servicios públicos, se observa una satisfacción promedio sobre el funcionamiento aunque bastante menor en grandes ciudades. En el caso de Internet, se percibe como “aprobada” indistintamente del tamaño de la localidad.
Ejes en foco
La medición de calidad de vida en pueblos y ciudades tuvo como ejes: bienestar personal, satisfacción con la vida en su localidad, migración, confianza social, futuro, participación comunitaria, Estado y mercado
