En Estados Unidos, un grupo de líderes republicanos calificó como inconstitucional la orden ejecutiva firmada por el presidente Joe Biden que obliga a los empleados federales y a los contratistas del Gobierno a vacunarse en contra del coronavirus.
Además, amenazó con con demandar a la Administración demócrata por lo que considera un atentado contra las libertades individuales.
El mayor malestar entre los críticos de la nueva estrategia de inmunización, enfocada en frenar posibles brotes de la variante delta- lo generó la instrucción que le exige a las empresas con más de 100 trabajadores inmunizar a todos sus empleados o hacerles test semanales, una medidas que involucra a 100 millones de personas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, aseguró que su Estado “está trabajando para detener” lo que definió como una “toma de poder” que supone “un asalto a las empresas privadas”.
Por su parte, el gobernador de Wyoming, Mark Gordon, le advirtió al fiscal general estatal que se prepare para bloquear lo que describió como una “extralimitación inconstitucional del poder ejecutivo”.
En la misma línea, el gobernador Brian Kemp, de Georgia, se comprometió a poner en práctica “todas las opciones legales disponibles” para frenar la manda de Biden.