Perspectiva de género en el deporte

Columna de AMJA

El pasado 14 de julio, la Agencia de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), en conjunto con el Comité Olímpico Internacional (COI), en el marco del programa “Una victoria lleva a la otra” (OWLA), presentaron la Guía “Perspectiva de género en el periodismo deportivo”, en la que sostienen que, a pesar de los avances en materia de perspectiva de género en el mundo de la comunicación, aún hay desafíos en el periodismo deportivo para lograr coberturas libres de estereotipos cuando se trata de mujeres y niñas atletas. Con la guía se promueve la información en el ámbito deportivo y comunicacional del deporte libre de estereotipos y de sexismo, aportando con ella herramientas conceptuales y prácticas para contribuir a que se comunique e informe sobre la base del derecho a la igualdad entre varones, mujeres y diversidades.

El proceso de inclusión de la mujer en el deporte tuvo su origen en el año 1900 y se  amplió de manera paulatina a distintas disciplinas en las cuales se permitía la participación de deportistas femeninas pero sin premiación ni medallas. 

La guía destaca el caso de la primera mujer en participar en la Maratón de Boston, en 1967, cuando aún no se nos permitía competir en dicha distancia oficialmente, ya que muchos expertos de la salud consideraban que la distancia propia de un maratón (42,195 kilómetros) podría ser perjudicial, con el argumento de problemas de fertilidad, salud reproductiva, debilidad en la destreza etcétera. En dicho contexto, la atleta Katherine Switzer se inscribió en la carrera bajo el nombre de KV Switzer, para que su condición de mujer pasara inadvertida y, al ser descubierta en plena competencia por hombres de la organización, intentaron expulsarla a empujones, situación que fue fotografiada por un periodista. A pesar de ello, Switzer siguió su marcha y traspuso el arco de llegada; se convirtió así en la primera maratonista en participar en una competencia oficial y nos dejó  un mensaje claro en la lucha por la igualdad de derechos en el ámbito deportivo. Aún hoy, esa imagen recorre el mundo y es invocada como el comienzo por la construcción de una sociedad con trato igualitario.

Sin dudas, felizmente, la práctica del deporte por mujeres en distintas disciplinas ha crecido de modo exponencial en las últimas décadas pero aún subsisten ciertas desigualdades, derivadas de las costumbres socioculturales que robustecen los preconceptos de fortalezas de un género sobre otro con ideas de “inferioridad deportiva”, “menor rendimiento”, “debilidad”; de los patrones estéticos, de los comentarios sexistas, de las prácticas androcéntricas que debilitan logros y terminan por “deconstruir” el camino ganado y que, como causa-efecto, conllevan la desigualdad de oportunidades, en particular en el ámbito profesional y rentado, así como en la conducción dirigencial de clubes, comités, secretarías, agencias, foros, federaciones, confederaciones deportivas, etcétera.

Por ello, celebramos con entusiasmo este nuevo avance promovido por ONU Mujeres y el COI, el que, en su Carta Olímpica, reconoce como una de sus misiones estimular y apoyar la promoción de las mujeres en el deporte, a todos los niveles y en todas las estructuras, con el objeto de llevar a la práctica el principio de igualdad entre el hombre y la mujer.

Más allá de los espacios conseguidos en el ámbito deportivo, aún queda mucho por transitar y, en este sentido, la guía hace su aporte al poner la mirada en la comunicación deportiva, en las palabras, porque con ellas construimos y “deconstruimos”: roles, espacios, identidades, cultura, quehaceres y, con ello, oportunidades. Las palabras tienen la enorme capacidad de invisibilizar lo visible pero también el poder de construir haciendo visible lo invisible.

La guía elaborada se encuentra disponible para su descarga en la página de ONU Mujeres: http://www.onumujeres.org/ o bien en la de ONU Mujeres Argentina: http://www.unwomen.org/es y, si bien está dirigida al periodismo deportivo orientando la comunicación periodística con perspectiva de género, considero valiosísimo su aporte en función de la construcción de la igualdad, y que ella debe ser difundida y puesta en práctica en todos los espacios y ámbitos de comunicación social, cultural y deportiva. Ayuda a repensar y redefinir el lenguaje, ofreciendo recursos lingüísticos prácticos que pueden usarse para evitar exclusiones y discriminaciones. Tiene, asimismo, recomendaciones para aprovechar la riqueza de la diversidad, evitar las estigmatizaciones y respetar los derechos de todas las personas independientemente de su identidad de género y, en definitiva, contribuye a un deporte “practicado, conducido y relatado” tanto por hombres como por  mujeres en igualdad de condiciones.

• Ayudante fiscal. Unidad Judicial Delitos Económicos.