La Sala G de la Cámara Civil porteña confirmó el rechazo de una demanda por mala praxis médica. El caso se originó luego de que la actora denunció a dos cirujanos plásticos tras la dermolipectomía abdominal que le realizaron en el año 2004.
El tribunal entendió que del dictamen pericial surgía que la intervención fue una indicación adecuada y recordó que a la demandante se le practicaron los estudios quirúrgicos correspondientes, que no evidenciaron contraindicaciones para la cirugía.
“La técnica utilizada, el seguimiento médico y el tratamiento de la complicación fueron hechos dentro de los márgenes de discrecionalidad médica aceptados como adecuada práctica, no hallándose argumento alguno que descalifique el peritaje efectuado”, agregó la Alzada.
“Cuando se trata de simples correcciones para enaltecer la estética corpórea, la obligación que incumbe es de resultado, sin que tal aseveración resulte absoluta en los términos de imputabilidad matemática”, enfatizó la Cámara, resaltando que aun en los casos de cirugía puramente estética o embellecedora sería simplista sostener que el médico siempre responde si no se logró el resultado esperado por el paciente, como si se tratara de una responsabilidad objetiva, sin analizar los factores que coadyuvaron a que la práctica no fuera del todo satisfactoria.