La Justicia tucumana ordenó la colocación del primer dispositivo dual de geolocalización (tobillera electrónica) a una persona denunciada por violencia de género en el marco de un proceso civil.
Ante las denuncias hechas por la víctima sobre que en reiteradas oportunidades se había incumplido la cautelar de protección de persona, la jueza del caso resolvió ampliar la resolución y postuló al accionado para que se le coloque una tobillera electrónica.
La decisión cobró relevancia porque esta acción en Tucuman no es frecuente, además de que su uso se encuentra generalmente circunscripto al ámbito penal, por lo que el juzgado debió realizar arduas gestiones para conseguir que se efectivizara la colocación ordenada.
Al resolver, la magistrada Mariana Rey Galindo sostuvo que “resulta necesario coordinar y promover acciones tendientes a cumplir con los compromisos asumidos por la República Argentina en materia de la prevención y erradicación de la violencia contra la mujer como así también en el empoderamiento de ellas”.
Rey Galindo explicó que la conducta del demandado “no es algo estático que surge en un momento y queda tal cual, sino que las actitudes y comportamientos abusivos del culpable del maltrato que se deslizan a lo largo de un continuum pueden ir desde los actos denunciados originariamente hasta el propio incumplimiento de la orden judicial”.
En los tiempos que corren, profundizó la titular del juzgado, “es sabido que la violencia intrafamiliar es un fenómeno de ocurrencia mundial, tan grave que ha dejado de ser un asunto privado para cobrar relevancia en el ámbito público” y, por lo tanto, se deben tomar acciones positivas que tengan como fin garantizar los derechos fundamentales de la víctima.