lunes 25, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Los profesionales son los más buscados, en un marco de alza de la demanda laboral

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El requerimiento de personal con título universitario se incrementó 29% en agosto. El sector privado solicita también empleados comerciales y, en menor medida, técnicos y administrativos

Si bien la desocupación viene cayendo en líneas generales -se ubicó por debajo de ocho por ciento en el segundo trimestre del año-,  el ritmo de recuperación de la demanda laboral ha sido irregular a lo largo del año. De hecho, en agosto pasado se produjo la primera suba en la demanda (2,6%), tras seis meses de caída intermensual. En ese marco de aumento, la búsqueda de profesionales sigue mostrando los mayores incrementos, lo que evidencia la recuperación del sector privado.

De acuerdo con el Índice de Demanda Laboral (IDL), que elabora la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), la demanda de trabajadores mostró un repunte interanual de 16% pero, fundamentalmente, rompió su tendencia negativa, pues entre febrero y julio de 2010 la demanda era menor cada mes. En agosto se frenó esa caída y creció 2,6% con respecto al mes anterior.

“Estas señales indican que el mercado laboral tiene un pronóstico favorable para los próximos meses”, auguró Martín González Rozada, de la UTDT.

A diferencia de los últimos meses, cuando las cinco categorías ocupacionales evidenciaban descensos interanuales, el relevamiento efectuado con base en avisos clasificados de los principales medios nacionales publicados en agosto determinó mejoras en todos los segmentos: la demanda de profesionales creció 29,4%, la de empleados comerciales aumentó 19%, la de personal de servicios 17,5%, la de administrativos 17,3% y aumentaron 14% las búsquedas para cubrir puestos técnicos.

El empleo industrial

Si la incorporación de trabajadores a las industria mostró una importante recuperación tras el piso de la crisis registrado en junio de 2009, también es cierto que ese incremento de la dotación de personal se inscribió dentro de un proceso más extenso de mejoría del empleo industrial, que se inició en 2003 y que tuvo las terminales automotrices asentadas en Córdoba como uno de los sectores más dinámicos.

Una investigación de economistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) reveló que en los últimos años -entre 2003 y 2010- el nivel de empleo industrial creció en el orden del 9% anual, lo que permitió un reposicionamiento del sector manufacturero dentro del mapa laboral argentino: actualmente la industria ocupa 1,2 millones de puestos de trabajo, lo que equivale a 17% del total de los empleos declarados y publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Esta participación se ubicaba en torno a 15% a finales de los noventa, mientras que estaba en el orden de 30% a mediados de los setenta.

En el período 2003-2010, el mayor dinamismo en la generación de empleo industrial se verificó en la fabricación de vehículos y equipos para el transporte, las manufacturas vinculadas a los metales y las confecciones de textiles y de vestimenta.

La fabricación de vehículos y equipos para el transporte registró una tasa de empleo anual de 12,6%; las manufacturas vinculadas a los metales marcó 10,3%; y los textiles y confección de vestimenta alcanzaron 10,1% de tasa al año.

Los tres segmentos analizados habían registrado tasa anuales de empleo negativas durante los períodos 1993-1997 y 1998-2002.

En el período 1993-1997 la producción de transporte registraba una pérdida de empleos de 12,1% anual, que se mantuvo en términos negativos durante el período 1998-2002, con una tasa promedio de -4,1%.

Las manufacturas con metales tuvieron una tasa anual de -9% entre 1993-1997 y de -1,3% entre los años 1998 y 2002.

La confección de textiles y vestimenta también tuvo entre 1993 y 1997 una tasa negativa anual de empleo de 8,6% y de 4,7% entre en los años siguientes hasta el 2003.

Un dato importante, que muestra la versatilidad del modelo actual, es que se trata de sectores con orientaciones muy diferentes, unos más enfocados a las exportaciones -como el automotor- y otros más centrados en el mercado interno -como el textil.

Según interpretó el INTI, “esta expansión derivó en un fuerte aumento del empleo y de las horas trabajadas por obrero ocupado, creciendo más la producción que el empleo, generando así aumentos en la productividad laboral”.

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