Tortugas a metros de la costa, cardúmenes que se sumergen en jardines de corales como si fueran nubarrones de colores en un cielo submarino pintado de turquesa, playas blancas y suaves como la harina,y cenotes de aguas cristalinas que perforan la mata selvática moldean el perfil de Akumal, un enclave que sintetiza la belleza caribeña en su estado virgen y natural.
Carolina Brenner – [email protected]
Enviada especial a México
No es un coral, ni una roca, ni forma parte de un barco hundido. A unos pasos de la costa, la sombra ovalada contrasta con el entorno límpido y transparente del agua. Mide casi metro y medio y está cubierta por un caparazón que destella reflejos dorados y ocres. Su cabeza arrugada como una pasa de uva se esfuerza por estirarse para alcanzar las algas que parecen danzar en un jardín submarino. Sus movimientos lentos y parsimoniosos encantan a los nadadores, que la observan a través de los visores y desde la superficie.
La tortuga marina es uno de los principales atractivos de Akumal, un pequeño balneario que concentra lo más preciado de la riviera maya, como si fuera una síntesis del paraíso: playas de arenas blancas como la harina, racimos tupidos de palmeras esparcidos entre la selva tropical y un mar turquesa que parece pintado.
Ubicada casi en el punto medio de la ruta que une Playa del Carmen con Tulum, el enclave conserva, a diferencia de sus vecinos, la tranquilidad propia de un pequeño poblado costero.
Su nombre en idioma maya significa “lugar de tortugas” y es, desde hace millones de años, el sitio elegido por estos animales para depositar sus huevos. De enero a diciembre es posible encontrarse con un centenar de estos ejemplares sumergidos muy cerca de la orilla, espectáculo que se potencia en julio y agosto cuando miles de sus pequeñas crías caminan de la playa hacia el mar.
En estas bahías, además de las tortugas marinas, abundan los cardúmenes multicolores y otras especies tropicales como morenas, mantarrayas, langostas y hasta delfines. La fauna marina es atraída principalmente por la gran barrera de coral que se extiende en forma paralela a la península de Yucatán, considerada la segunda más grande del mundo, luego de la australiana.
Esta gran riqueza natural es protegida por el Centro Ecológico Akumal, organización civil no lucrativa, cuyo objetivo es crear conciencia ecológica a los visitantes y asegurar la calidad ambiental del destino.
Tierra adentro
Aunque el entorno costero es uno de sus mayores atributos, la región es reconocida por la gran cantidad de cenotes que asoman de la espesa mata tropical. Los gigantescos orificios de la tierra afloran como si fueran alcantarillas de infinitos ríos subterráneos que bañan casi todo el territorio.
Según cuentan las leyendas, albergan tesoros mayas en su interior. Dicen que los nativos los usaban como sitios de sacrificios y que junto a sus ofrendas arrojaban joyas de oro y piedras preciosas.
Las historias sobre estas cuevas, sumadas a sus lagunas transparentes de agua dulce, la atractiva vida submarina que las habita y las galerías con formaciones de estalactitas y estalagmitas forjadas por el caudal y el carbonato de calcio a lo largo de los siglos, atraen a turistas y buzos de todo el planeta.
Incluso, una importante porción de los submarinistas arriesgan sus vidas surcando las entrenzadas cavernas en busca de botines perdidos.
Para acceder a la mayoría de los cenotes se cobra una entrada que va de $150 a $600 por persona. La región ostenta alrededor de doscientas entradas a cuevas y ríos subterráneos.
Entre los más recomendados para visitar, se destacan el cenote Azul, cenote Dos Ojos; Aktun chen y el cenote y laguna Yal ku.
Muchos incluyen el equipo para practicar snorkel y algunos ofrecen otras actividades como rapel, circuitos por la selva tropical y las inmersiones con tubo a través de los laberínticos conductos.
El interés por el buceo de cavernas fue uno de los factores que condujo al desarrollo de este destino, cuyo acceso hace no más de cincuenta años, era exclusivamente por vía marítima.
Así, la enorme plantación de cocoteros propiedad de Argimiro Argüelles hasta 1958, fue descubierta por el Club de Exploración y Deportes Acuáticos de México, un exclusivo club de buceo y luego adquirida por uno de sus fundadores, Pablo Bush Romero, quien -de este modo- asentó las bases para la creación del poblado que desde 2008 forma parte del municipio de Tulum.
Caletas idílicas
Akumal abarca una franja costera de aproximadamente cinco kilómetros, que al estar resguardada naturalmente por la isla de Cozumel y la formación coralina que se extienden frente a ella, ostenta maravillosas bahías de aguas cálidas, claras y calmas.
La infraestructura de alojamiento en esta zona es acotada y exclusiva. Hay villas, casas en renta y pequeñas posadas con estilo mexicano.
La oferta de hoteles y apartamentos de alta gama está concentrada en los establecimientos de la cadena Bahía Príncipe Hotels & Resorts y los condominios de Bahía Príncipe Residences & Golf que ocupan gran parte del territorio.
Dentro de esta propuesta, se destacan los cuatro hoteles de súper lujo: Grand Bahía Príncipe Coba, Grand Bahía Príncipe Tulum, Luxury Bahía Príncipe Akumal y Luxury Bahía Príncipe Sian Ka’an (solo para adultos). Los tres primeros se encuentran en la primera línea de playa y el cuarto está enclavado en una zona selvática del complejo cerrado ubicado del otro lado de la carretera, donde también se extiende la cancha de golf y un megadesarrollo inmobiliario que contempla condominios de lujo tanto de inversión privada como para renta turística. Estos apartamentos, además de ofrecer importantes comodidades como piscina, cocina, vista al golf, jacuzzi y servicio de limpieza, permiten el acceso a todas las instalaciones y actividades de los hoteles.
La principal diferencia entre los hoteles y los departamentos es el sistema de comidas. En los primeros está todo incluido, aun las bebidas, mientras que en el caso de los condominios, los huéspedes pueden abonar un day pass y gozar de todas las exquisiteces y tragos que ofrecen los resorts.
De una u otra modalidad, el lugar se disfruta a pleno. El marco turquesa del Caribe, la extensa franja de arena blanca, el contraste con las palmeras, la naturalidad con la que los peces se amontonan entre los bañistas y los pelícanos se clavan en picada a centímetros de sus narices, esculpen el enclave perfecto, uno de los reductos vírgenes y paradisíacos que resguarda el planeta.
Ver también: Un recreo con el fiel amigo del mar
Agenda de viaje
Cómo llegar
De Cancún a Akumal son 105 kilómetros de autopista. De Córdoba a Cancún operan varias compañías aéreas como Aerolíneas Argentinas (vuelo directo), Lan y Copa Airlines. El precio del pasaje en temporada baja parte de $16.450, ida y vuelta, con impuestos incluidos.
Dónde dormir
Hoteles:
– Luxury Bahia Principe, Akumal, Luxury Bahia Principe Sian Ka’an, Grand Bahia Principe Coba y Grand Bahia Principe Tulum.
Web
Apartamentos:
Condominio Quetzal en Bahía Principe Residence & Golf.
Carretera Chetumal – Benito Juárez km 250, Quintana Roo, México.
Cómo viajar
Para recorrer los principales atractivos turísticos de la riviera maya se recomienda alquilar un auto. Tanto en el aeropuerto como en la Quinta Avenida de Playa del Carmen se hay oficinas de Alamo. La tarifa para un auto pequeño parte de aproximadamente US$40 por día. Más info
Qué hacer
Snorkel con tortugas: en la bahía Akumal, donde el estacionamiento cuesta alrededor de $50 y el alquiler de snorkel con salvavidas parte de $200 por persona.
Interacción con delfines: en el Hotel Bahía Principe Tulum se encuentra el Dolphinaris Tulum. Precios de US$82 a US$159 por persona según el programa.
Excursión a Tulum: se puede contratar en los mostradores de Bahía Tours de los hoteles del complejo Bahía Principe. La visita a la antigua ciudadela maya es de medio día y la tarifa parte de los US$35 por persona.