viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Fundación Mediterránea vuelve al ruedo

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En camino a los comicios presidenciales de 2011, la entidad empresaria presentará el próximo viernes un nuevo programa de gobierno, que presentará a las distintas fuerzas políticas

Tras la fuerte influencia que ejerció en los años noventa en el modelo neoliberal que impulsaron el ex presidente Carlos Menem –en el plano político– y el ex ministro Domingo Cavallo –en el económico–, Fundación Mediterránea presentará esta semana los lineamientos generales de lo que podría considerarse un nuevo programa económico de la entidad, aunque se presente más bien como “algunas alternativas para Argentina” puestas a disposición de las fuerzas políticas que competirán en las presidenciales del próximo año.

El programa elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de Fundación Mediterránea se titula “Una Argentina competitiva, productiva y federal”. En diálogo con Comercio y Justicia, el economista Marcelo Capello, investigador jefe del Ieral, explicó que el plan pretende atender dos “problemas” que advierten en la actualidad en el país: la falta de inserción laboral o la informalidad laboral de buena parte de la población –calculan que un 25% de la Población Económicamente Activa está con estas dificultades– y la ausencia de un mejor “clima de negocios”. “Ese clima está determinado por el nivel de actividad económica, pero también por la calidad de las políticas y por el discurso oficial. Argentina este año se recupera a un ocho por ciento y –sin embargo– a la mayor parte de los empresarios se la ve con incertidumbre o pesimismo con respecto a lo que va venir”, indica Capello.

La Mediterránea entiende, entonces, que “la generación de puestos de trabajo productivos no se soluciona ni con empleo público, ni con planes sociales” sino que ésta debe ser propiciada por medio del desarrollo de sectores de la economía que tengan amplias posibilidades de inserción externa, “para tener sustentabilidad en el tiempo y evitar lo que fue el fracaso de algunos otros modelos anteriores, que pensaron sólo en el mercado interno, una estrategia que terminaba cada tres o cuatro años en una crisis de balanza de pagos o en una crisis fiscal”. Según entiende Capello, “la locomotora del crecimiento, ahora o antes, tiene que ser el sector exportador”.

Según el análisis de la fundación empresaria, el sector que en Argentina puede ser exportador es “el que transforma las materias primas para producir todo tipo de alimentos que son demandados en el mundo. Ahí tenemos un potencial muy importante, somos muy competitivos y se trata de exportaciones que generan valor agregado y empleo”, consideró el economista. De todas maneras, no descartó tampoco el desarrollo de otros sectores que pueden ser exportadores, como el del software y algunas ramas de la metalmecánica –como la maquinaria agrícola–, entre otros.

En ese marco, la Mediterránea entiende que debería ponerse énfasis en otros dos aspectos vinculados con este sesgo exportador: el turismo internacional –como fuente de divisas– y la atracción de inversiones extranjeras “que vengan al país para producir acá y venderle al mundo”.

“A la vez, lo que une los puntos anteriores con lo regional es que Argentina tiene ventajas competitivas precisamente en producciones regionales”, apunta Capello y agrega: “En el procesamiento de alimentos entra obviamente la Pampa Húmeda y los derivados de trigo, maíz, soja y carne, pero también entran las frutas del Comahue, la industria vitivinícola de Mendoza, el aceite de oliva de Catamarca y La Rioja, las legumbres y el turismo en Salta, la industria forestal y de las infusiones en Misiones y Corrientes, entre otras”.

Temas de agenda
Además de indicar un perfil general para la economía nacional, el programa de la Fundación Mediterránea también se posiciona sobre algunos de los temas de agenda más candentes en la actualidad. Uno de ellos es el de los recursos destinados a las provincias –o “federalismo fiscal”–. Sobre ello se propone que los envíos discrecionales se realicen de manera automática –“eso no tendría costo fiscal agregado, aunque cambiaría mucho el reparto entre provincias”, indica Capello– y que las provincias recuperen una parte de lo que destinan a la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses). “El superávit que tiene la Anses debería ser el monto máximo a recuperar por provincias. Estamos hablando de 15.000 millones de pesos el año pasado y entre 8.000 millones y 10.000 millones de pesos este año”, precisa el economista.

Con relación al nivel de presión impositiva, la Mediterránea consideró que “debe reducirse”. Para ello propone que el llamado Impuesto al Cheque pueda pagarse a cuenta de Ganancias. “Inicialmente no habría que eliminarlo, más adelante veremos, para que no caiga tanto la recaudación”, indica Capello. Por el lado de las retenciones, se propone “una reducción paulatina de la alícuota”, porque actualmente es un recurso muy importante para la Nación. “Después de ese período de reducción progresiva, tampoco debería llegar a cero –aunque nunca más de 5%- y en los granos puede hacer falta cierto nivel, como existe en el sector aceitero, para que haya una tendencia a industrializar la soja y no a venderla como grano”.

Con respecto al empleo público, la fundación empresarial pretende “cristalizar la cantidad actual de trabajadores, que no siga subiendo, que tampoco disminuya bruscamente, sino tratar de inducir que la mayor cantidad de recursos se dirija a generar empleo en el sector privado”.

Para la inflación, uno de los temas que más preocupa actualmente, la Mediterránea propone una reducción paulatina, que la lleve a un dígito en tres años, “para que no resulte recesivo”. Para ello considera que “tiene que cambiarse la inercia sobre lo que se piensa que va a ocurrir al año siguiente, es decir las expectativas”. Piensa entonces en un acuerdo entre las fuerzas políticas para asumir ese “compromiso” y un Estado riguroso en su macroeconomía para llegar a ese objetivo.

Y sobre este punto considera necesario también que “los aumentos salariales se realicen, como parte de este acuerdo, con base en la inflación futura” y, para mejorar la competitividad, que las subas a los trabajadores estuvieran determinadas también por “el nivel de productividad y los niveles salariales –en dólares- de países que compiten con Argentina”.

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