ESCUCHARGabriela Llapur (*)
Probablemente, lo que venga en los próximos meses esté relacionado con una realidad mixta entre lo presencial y lo virtual. Pero en la actualidad, la mayoría de las empresas nos encontramos trabajando 100% remoto. La vida laboral se mezcla constantemente con la vida personal, y lleva un tiempo acomodarnos y convivir intentando balancear ambas realidades, que son tan variadas como colaboradores tengamos en las empresas.
Las diferentes situaciones con las que nos encontramos cotidianamente hacen que no todos puedan estar disponibles en cualquier momento para unirse a las reuniones, responder mails de manera inmediata, contestar WhatsApps a toda hora. Empezamos a ver con más frecuencia a colaboradores que apagan sus cámaras o micrófonos en las reuniones, que no se suman a las calls de equipo o se desconectan de forma inesperada.
Tampoco podemos desconocer el cambio que implica a nivel psicológico para las personas, el pasar abruptamente de nuestras rutinas presenciales a realizar las mismas tareas en un entorno de trabajo absolutamente distinto. Las responsabilidades laborales son las mismas o aún mayores, para ser realizadas en el mismo tiempo pero en un contexto personal en el que se suman las tareas del hogar, de los hijos, etcétera. Nuestro cerebro se ve obligado a procesar múltiples actividades que generan mayor demanda cognitiva y, por ende, produce un mayor cansancio general.
Frente a este escenario, ¿cuáles son las acciones que podemos emprender como empresa?
Lo fundamental sigue siendo apoyar a nuestros líderes y darles las herramientas necesarias para que puedan acompañar a sus equipos de la mejor manera. El líder debe mantener un contacto cercano, cotidiano, abierto a escuchar las distintas realidades de su gente.
Debemos facilitar plataformas colaborativas en las que se logre continuar con el trabajo en equipo. Actualmente, en Pgk estamos en proceso de implementación de una plataforma que permite, mediante diferentes salas, tener a todos los equipos interconectados para facilitar el encuentro diario.
Flexibilizar en cuanto a los horarios de las reuniones, entendiendo que no todos podrán en todos los horarios. Conocer a nuestra gente, conocer sus rutinas y adaptarnos a sus posibilidades.
Motivar a que los colaboradores tengan sus cámaras encendidas, aceptando abiertamente la posibilidad de tener interrupciones o distracciones en algunos momentos.
Diseñar la agenda de reuniones evitando sobrecargar a los colaboradores y siendo prácticos a la hora de presentar los temas a tratar.
Respetar las pausas y los horarios de almuerzo. Necesitamos tener espacios de distracción cada determinado tiempo, para evitar un agotamiento cognitivo.
(*) Talent acquisition lead, Pgk Consultores. Miembro de TGS Global
