La Comisión Europea (CE) sentó las bases de una nueva era digital al poner sobre la mesa nuevas reglas para delimitar el terreno de juego de los colosos tecnológicos.
Así, propuso responsabilizarlos por lo que difunden, obligarlos a eliminar el contenido que sea ilegal y a dar acceso a sus datos a los poderes públicos para comprobar que cumplen con la ley.
El Ejecutivo comunitario se valdrá de multas multimillonarias e, incluso, de imponer la obligación de vender unidades de negocio.
Con esa agenda lanzó los proyectos de Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) y de Mercados Digitales (DMA), que van más allá de ser meras actualizaciones de la norma de comercio electrónico aprobada en 2000.