Leopoldo Luque, el último médico personal de Diego Armando Maradona, arribó este lunes a la Fiscalía de San Isidro para prestar declaración luego de haber sido imputado por el delito de homicidio culposo en la causa que investiga la muerte del astro futbolístico, ocurrida el miércoles pasado.
La presentación del médico se produce un día después de los allanamientos a su casa y su clínica, en los que secuestraron computadoras, celulares y la historia clínica de Maradona, de 60 años.
Estoy muy tranquilo y muy confiado”, dijo brevemente el profesional, de 39 años al llegar a tribunales.
Más temprano, en la puerta de la casa del médico, en Adrogué, el abogado de Luque, Julio Rivas, explicó a la prensa: “La idea es presentarnos en la fiscalía, ponernos a disposición y como Leo lo ha manifestado, va a declarar”.
Sobre qué dirá en la fiscalía que investiga la causa, Rivas respondió: “Lo mismo que dijo ayer y todas las preguntas que los cuatro fiscales quieran hacerle, las va a contestar”.
Al ser consultado sobre el rol de Luque respecto a la salud del exfutbolista, el letrado aclaró: “Era amigo de Maradona, circunstancialmente era médico y Diego por una cuestión de su amistad, confiaba en él. Los que estaban alrededor de Maradona saben lo que pasó y cuál fue la actividad de Luque, perfecta, lo operó de una neurocirugía y salió perfecto”.
Rivas remarcó que Luque no dirigía ningún equipo médico ni decidió la internación en la casa de Tigre y al respecto comentó: “Maradona era una persona que era consciente de lo que hacía y dejaba de hacer. Podía decidir lo que quería él”.
“Las enfermeras reportaban a Swiss Medical, Luque no era jefe de ninguna internación, no era así, lo va a aclarar en la fiscalía”, agregó el letrado y enfatizó: “El corazón de Maradona desde hace 20 años está igual, está mal. Están buscando algo porque es Maradona, en otra causa no pasa”.