El canje de la deuda por US$ 66.300 millones de títulos emitidos bajo legislación extranjera cerró ayer con un amplio nivel de adhesión, según indicaron analistas de mercado.
La operación cerró, tal como estaba previsto, a las 18 hora de Buenos Aires, 17 de Nueva York, y la información oficial se conocerá el lunes, de acuerdo con lo que señalaron fuentes del Palacio de Hacienda.
En ese contexto, los analistas proyectan que el nivel de adhesión superaría los umbrales necesarios previstos en los distintos tipos de bonos, lo que permitiría al Gobierno hacer ingresar a quienes en un comienzo no aceptaron la propuesta, por la aplicación de las Cláusulas de Acción Colectivas.
Esas cláusulas establecen, según cada tipo de título, que si entre 65% y 85% de los tenedores aceptaron el canje, el resto debe acogerse.
El proceso llevó ocho meses desde el momento en el que el Gobierno -el 21 de enero pasado- anunciara la intención formal de reestructurar la deuda.
El plazo final en sí se reduce a 4 meses si la fecha en cuestión pasa a ser la del 21 de abril, cuando Argentina presentó ante la SEC, el órgano de contralor bursátil de EEUU, la propuesta de reestructuración de deuda, enmendada en dos oportunidades hasta la oferta última formulada el 4 de agosto, tras el acuerdo alcanzado con los grupos acreedores más duros.
De esta forma, Argentina puso punto final al asunto y el próximo 4 de septiembre quienes hayan ingresado a la operación tendrán en sus cuentas lo nuevos bonos, con menores intereses y con vencimientos más largos.
El equipo económico que conduce el ministro Martín Guzmán mantiene un hermetismo total en cuanto a los números finales de cierre, por la “complejidad” de la operación que requerirá muchas horas para procesar los datos, si bien dejaron entrever una dosis optimista respecto al resultado.
Las estimaciones de los especialistas privados son que Argentina alcanzará su objetivo con la deuda, en especial con los bonos globales emitidos en 2016, y mantienen cierta reserva respecto a los títulos que formaron parte del canje de 2005, que requieren un umbral de aceptación mayor.
En ese sentido, algunos analistas pusieron reparos con la suerte de alguna serie de los inversores de bonos 2005 y 2010, que necesitan una alta aceptación -de 85%- para arrastrar al resto de los tenedores a ingresar a la oferta.
El canje ya cuenta con el apoyo de los tres grandes grupos de acreedores, que representan a grandes fondos de inversión como Blackrock, Ashmore, Monarch y Fidelity y fueron ellos mismos quienes alentaron a ingresar al canje.
También recibieron el aval de fondos como Fintech, Gramercy y Greylock, que ya participaron de reestructuraciones anteriores con Argentina y en la región.
A esto se suma que la propuesta argentina tuvo también el apoyo del FMI, quien consideró que la misma cumplía con los requisitos de sustentabilidad, una nueva medida que impuso el canje argentina y que se tomará de referencia para futuras reestructuraciones de deudas en tiempos de pandemia.
“Uno espera que sea exitoso, el Tesoro argentino cedió mucho desde el inicio de la negociación, y es una muy buena noticia que la restructuración de la deuda finalmente se efectivice”, dijo el director de las Fundación Bolsa de Comercio, Manuel Ohyamburu.
No obstante, alertó que “hay que considerar que en el caso de los Par y los Discount, bajo ley extranjera, se necesita más de 85% de consentimiento del monto de capital en circulación de todas las series agregadas más un consentimiento superior a 66,6% de cada una de las series, para cumplir con las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC), y así evitar judicializaciones posteriores”, dijo.
En una línea similar se expresó Mauro Mazza, de Bullmarket Brokers, quien opinó que en los de ley extranjera estamos esperando un éxito total con los bonos globales, pero tenemos dudas aún con los indentures de 2005, ya que probablemente en este llamado no alcanzan el mínimo de CACs, eso afectaría al Discount y Par”, consideró.