En Argentina existen entre 700 y 800 kinesiólogos especialistas en cuidados críticos, quienes se desempeñan como expertos y referentes en cuidados respiratorios y rehabilitación de los pacientes en estado extremo. Esta profesión nació hace 64 años en el país a raíz de una epidemia
Por Hernán Cesario*
También conocido como kinesiólogo intensivista, este especialista debe ser capaz de utilizar herramientas de evaluación y tratamiento e implementar procedimientos de fisioterapia respiratoria y de rehabilitación. Es un referente más en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con interacción directa con el equipo médico y el de enfermería.
Durante el tiempo transcurrido de la pandemia por covid-19, se evidenció una diferencia significativa respecto a patologías que habitualmente eran atendidas en el ámbito de las áreas críticas. Los pacientes con esta patología presentan una falla ventilatoria y respiratoria de difícil manejo, por lo que deben ser ingresados a UCI para recibir una asistencia de mayor complejidad. Con el propósito de brindar una atención de calidad y jerarquía se requiere, fundamentalmente, de un cuantioso recurso humano pero también de profesionales altamente capacitados y abundantes recursos materiales.
La patología es crítica, con riesgo de vida, de alto grado de propagación y contagio. El trabajo diario de los kinesiólogos es de mucha invasión para los pacientes. Continuamente estamos evaluando el mejor momento para lograr descomplejizarlos y que puedan ser externados de la UCI, a fin de continuar su recuperación en otro sector. Debido a la complejidad de la enfermedad, no podemos tener un vínculo más estrecho con los pacientes, como nos gustaría. Incluso, cuando éstos son derivados a otras áreas del hospital, ni siquiera recuerdan quiénes estuvimos acompañándolos, pero el hecho de saber que lograron sobrepasar la enfermedad nos llena orgullo.
Hace 20 años que soy kinesiólogo especialista en cuidados críticos y es la segunda pandemia que tengo que vivir como profesional de la salud, hoy también brindando servicio en el área del Hospital Solidario Covid Austral, cuyo objetivo es ofrecer una atención de calidad a personas de la zona sin cobertura de salud.
Parte de nuestro trabajo podría resumirse así: inicialmente se implementa un soporte ventilatorio total, con altas dosis de sedación, analgesia y bloqueantes neuromusculares. La evolución favorable del cuadro clínico permite valorar la salida del ventilador y suspender de forma gradual las drogas, evaluando el despertar del paciente a fin de desvincularlo del ventilador mecánico. Una vez logrado el retiro de éste, el paciente continúa su evolución fuera del área crítica.
Curiosamente, el nacimiento de la kinesiología respiratoria intensivista en Argentina fue consecuencia de una epidemia. En el año 1956, el país fue asolado por un brote de poliomielitis que afectó a 6.800 personas, entre adultos, adolescentes y niños. En el curso de esa época, aparecieron cuadros de insuficiencias respiratorias residuales que debían ser abordadas con un nuevo criterio asistencial. Se creó así un centro especializado en rehabilitación respiratoria. El equipo de salud asistencial para ese entonces fue conformado por médicos, kinesiólogos y enfermeros, quienes se fueron autocapacitando en el transcurso de la epidemia.
El rol del kinesiólogo intensivista surgió a demanda para sumarse a un equipo interdisciplinario y colaborar desde su especialidad. Hoy, en tiempos de covid-19 y frente a un nuevo brote de salud, los profesionales volvemos a sumarnos a la atención de los pacientes críticamente enfermos para lograr su rehabilitación y celebrar el alta de la enfermedad.
(*) Coordinador de Kinesiología de las áreas de internación de los hospitales Universitario Austral y Solidario Covid Austral