ESCUCHARPor Patricia J. Sansinena (*)
La pandemia que estamos atravesando causa una profusión de opiniones contradictorias que nos aturden y generan en la población -en sus diversos niveles- una gran zozobra.
Este sentimiento nos bloquea e impide generar pensamientos creativos de los que somos capaces.
Es por ello que es momento de proponer alternativas que posibiliten a los sectores activos, tanto empresas como empleados, construir, en consenso y conjunto, recursos viables para salir de esta crisis sin negatividad, asumiendo actitudes proactivas, con los ideales que se esbozarán en la presente nota.
Todos estamos de acuerdo en que la inactividad generalizada, salvo las actividades incluidas en el concepto de esenciales, ha generado un profundo estado de crisis económica en el mundo productivo laboral.
Es por ello que resulta necesario reflexionar sobre cómo será el momento de salida de la crisis, apelando a propuestas que resulten líneas de pensamiento, para el mejor diseño de la situación poscrisis.
Estado actual. Las estadísticas e informes de las cámaras empresariales determinan que las pequeñas y medianas empresas son las principales generadoras de empleo en Argentina y también las más complicadas por las consecuencias económicas del aislamiento.
En este escenario, el fundamento versa sobre dos aspectos centrales: a) Protejamos a los trabajadores; pero (b) no extingamos las empresas. Lo que significaría el concepto central de las ideas de “ayuda”, conforme lo sostuvo Guy Ryder, director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Algunas alternativas. Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) – Agenda 2030 – ONU. Es importante, dentro de las consideraciones, entender que existe un movimiento internacional que procura al desarrollo en armonía con el medio ambiente, y es por ello que debemos cambiar los paradigmas de actitudes y programas, para encontrar precisamente esta comunión social. De allí el alto valor que debemos reconocer a esta promoción de los ODS.
Son 17 Objetivos que abordan el universo en forma total, con todos sus recursos humanos y naturales. Para nuestra temática, el objetivo Nº 8 procura promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos
La realidad que atravesamos nos impone la adecuación de los objetivos de máxima, respecto de qué aspectos de ellos será factible considerar. Por ejemplo, el Estado debería reflexionar para mejorar efectivamente el acceso a los servicios financieros con el fin de que las empresas restablezcan sus niveles de ingreso. Las líneas de créditos reguladas en la actualidad no han sido de fácil acceso para las empresas, sobre todo las pymes. Un aspecto son los discursos y otra la dinámica real de acceso.
En igual modo como lo promueve el objetivo, estimular con liberación temporaria la carga impositiva y tributaria a las actividades económicas que tengan potencialidad para asumir empleo cuando las condiciones mejoren, como puede ser comercio, industria, banca y e infraestructura agrícola.
En los empleadores se propone cambiar la concepción de la continua falta de oportunidades de trabajo decente. La insuficiente inversión y el bajo consumo producen una erosión del contrato social básico subyacente en las sociedades democráticas: cómo es el derecho de todos a compartir el progreso.
Estrategias
Cuando tratamos este tema, buscamos de qué forma se puede salir. Aquí es la oportunidad de tomar en consideración estos movimientos saludables que proponen un mundo mejor.
Una de las ideas proviene de un movimiento internacional llamado Sistema B. ¿Qué nos propone?
Precisamente un cambio total. Es por ello que se considera que no podemos sólo cuestionar el rol de las empresas en la sociedad. Debemos formar parte de la solución y utilizar los negocios como una fuerza para el bien.
Este movimiento nos informa que debemos formar parte de la solución, independientemente de lo que pretenda el Estado.
Importante es tomar conciencia de qué fortalezas podemos generar los individuos en red, para superarnos con la ayuda de todos; promover la posibilidad de oportunidades para todos sin discriminación alguna.
Que los negocios sirvan para hacer el bien a los seres humanos y al medio ambiente natural. Es por ello que las empresas que se enrolan o certifican la condición B, no buscan el bienestar individual sino que el impacto de su acción ayude a los demás y al medio ambiente.
Una empresa B no está determinada por el rubro, el tamaño o la facturación: es una compañía comprometida a generar un cambio, que considera en sus decisiones a los consumidores, a los trabajadores, a la comunidad, a los inversores y al ambiente. Su objetivo es combinar el negocio con aportes sociales y el cuidado del hábitat en el ámbito en el que se desarrolla.
Resulta indudablemente un cambio de paradigmas.
La empresa B (o B corporation) es un tipo de firma que utiliza el poder del mercado para dar soluciones concretas a problemas sociales y ambientales.
La empresa B opera bajo altos estándares sociales, ambientales y de transparencia, y por sus estatutos toma decisiones corporativas legalmente vinculantes, considerando no sólo los intereses financieros de sus accionistas sino también otros intereses, de largo plazo, tales como los de los empleados, los proveedores y los clientes, la comunidad a la que pertenecen y el medio ambiente.
Surge como iniciativa de B Lab, una compañía cofundada en 2006 por Jay Coen Gilbert, que se trata de crear las condiciones necesarias para que prosperen las empresas que tienen vocación sostenible.
Este modelo no requiere costos sino un cambio en la forma de funcionamiento que garantice un estado de bienestar colectivo, tanto para la empresa como para sus recursos humanos.
Otro gran valor de estas empresas que pueden certificar esta condición es el uso del reciclaje de los “recursos“, que ya no se denominan “residuos”, como fuente de innovación y transparencia en su cadena de valor, para demostrar prácticas globales de manufactura. Esto, para que igualmente se proteja al medio ambiente.
En nuestro país, la provincia de Mendoza ha logrado asumir este movimiento innovador generando “Mendoza más B”. Es así que redefine el sentido del éxito en la economía. Con esa frase se presenta el “Sistema B”, un movimiento de empresas, organizaciones, líderes de opinión y consumidores responsables con el fin de lograr una economía en la que el éxito se mida por el bienestar de las personas, de las sociedades y de la naturaleza. Mendoza toma relevancia en este sistema con diez empresas certificadas “B” y como sede del encuentro mundial que se realizará del 11 al 13 de septiembre de este año. Importante es conocer que la provincia de Córdoba se encuentra iniciando este proceso.
Finalmente, esta gran opción, el teletrabajo o home office. ¿Es otra alternativa positiva para las empresas? Entendemos que sí; desde ya requiere otro cambio de pensamiento en la empresa local. Hablar de teletrabajo requiere otra nota, pero simplemente lo que incluimos en este análisis es que la aceptación de esta modalidad ha sido interesante, tanto en la empresa como en los empleados. La tendencia actual lo que pretende es un sistema mixto, es decir dos días en la oficina y tres días de teletrabajo.
Lo que sí podemos sostener es que el teletrabajo vino para quedarse.
El Ministerio de Trabajo tiene diseñado hace tiempo un “libro blanco” sobre teletrabajo, en el cual se diseñan normas prácticas de buena forma de realizar esta actividad mediada por Internet, cuidando de la salud y seguridad del trabajador, con guías sobre la protección visual y el derecho legítimo a la desconexión. Se brinda un link para completar la lectura.
Esta nota es un inicio de aspectos que serán necesarios fortalecer para salir airosos de la pandemia.
Abogada. Asesora laboral de empresas. Docente, experta en derecho de trabajo. Universidad Siglo 21.
