El presidente Alberto Fernández reiteró hoy que próximamente el Gobierno hará una “contraoferta” a los bonistas, en el marco de la renegociación de la deuda con ellos, y que hay advertencias a los acreedores de que “están tirando de la cuerda más de lo debido”.
“Nosotros hicimos una oferta de buena fe y los acreedores la rechazaron, dijeron que era muy baja, nos explicaron los motivos y nosotros reconsideramos nuestra oferta y vamos a hacer una nueva contraoferta tratando de acercarnos”, señaló hoy Fernández, en declaraciones a la FM Radio con Vos.
Asimismo, enfatizó que “ha habido en el mundo muchas declaraciones que les advirtieron a los acreedores que están tirando de la cuerda más de lo debido”, y expresó su confianza de que se pueda “llegar a un acuerdo”. El Presidente insistió en que no negociará un entendimiento que “sea un problema futuro para la Argentina” y que tampoco cerrará un acuerdo “que ponga en riesgo la vida de los argentinos”.
Reafirmó que no quiere que “otra vez esa deuda la tengan que pagar los que trabajan, los que viven de un salario, los jubilados”, y añadió: “No voy a hacer eso y, aunque parezca testarudo, crean que soy muy responsable”.
“Lo que necesito es que la Argentina tenga una deuda que sea sostenible en el tiempo y que sea sustentable y que el (mandatario) que me siga pueda cumplirla”, insistió.
Por otro lado, Fernández fue consultado acerca de la diferencia ente el dólar oficial y los otros, y sobre la posibilidad de que se produzca una devaluación posterior a un acuerdo con los acreedores.
“No, no lo está, eso se va ir normalizando porque en gran medida es presión en parte de la negociación. Ésta es una negociación en la que se dejan todas las armas y la presión sobre el dólar es parte de esas armas”, indicó.
Sobre una eventual devaluación, dijo: “No la estamos pensando, yo no descarto nada porque la economía es dinámica, lo que digo es que no es nuestro propósito devaluar nada; nuestro propósito es que los números se ordenen”.
Finalmente, al ser consultado sobre la publicación de un listado con los compradores de dólares entre 2015 y 2019, afirmó: “Creo que el problema no está en los compradores de los dólares sino en que, desde el Estado, se instaló un sistema que permitió eso. Había una política deliberada para facilitar esto. El problema no es quién compra; la culpa no la tiene el chancho sino quien le da de comer y ahí es donde me parece que es lo que cuenta el informe, una política deliberada de vaciamiento de dólares del sistema financiero argentino”, finalizó.