El Laboratorio de Comunicaciones Digitales de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales (UNC) creará una tecnología para rastrear a las personas que estuvieron en contacto con infectados de coronavirus. Aprovechará las señales de GPS, wifi y bluetooth de los dispositivos móviles. La intención es que este desarrollo pueda eventualmente incorporarse a una aplicación. “Permitiría, ante diagnósticos positivos de Covid-19, activar alertas para atender posibles contagios. El proyecto fue uno de los elegidos por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, en el marco de la convocatoria de proyectos-ideas lanzado tiempo atrás”, precisó ayer la Agencia de Noticias Científicas UNCiencia.
“El trabajo desembocará en la creación de un desarrollo que convertirá a los dispositivos móviles en “radares”, capaces de almacenar todos los contactos cercanos que tuvo una persona. En caso de ser diagnosticada con COVID-19, ello permitiría encender las alertas para atender posibles contagios”, especificaron desde la universidad.
La tecnología no existe todavía en Argentina y eventualmente podrá integrarse a alguna aplicación. Según aclararon, esto es posible porque todos los dispositivos tienen un número de serie único en el mundo, algo así como su DNI. La tecnología de rastreo se llama “contact tracing”, que en español se puede traducir como “rastreo de contactos” o “trazabilidad de contactos”.
El director del proyecto, Jorge Finochietto, explicó: “Los dispositivos móviles que usamos actualmente tienen la capacidad de registrar la presencia de las señales digitales emitidas por las tecnologías como GPS, señales de línea celular (2G, 3G, 4G), wifi y bluetooth, de forma unívoca. Así es posible estimar la proximidad entre estos dispositivos y, en consecuencia, entre las personas que los usan”.
La tecnología que buscan desarrollar los investigadores de la UNC posibilitará efectuar una indagación que ya se viene realizando en el marco de la pandemia, pero de manera más objetiva y rigurosa. “A las personas que se les detecta el virus se les pregunta con quiénes estuvieron en contacto, y ellos deben recurrir a su memoria. Lo que vamos hacer ahora no es preguntarle a la persona, sino a su teléfono”, grafica el docente de la UNC.
“Con esto –agrega Finochietto– se podrá saber con quiénes tuvo contacto. Eso brindará información de calidad para activar protocolos de seguridad y, lógicamente, ayudará a controlar la propagación del virus”.
Cómo funciona
Un ejemplo concreto: dos personas tienen conexión a un parlante, a través de bluetooth, en un determinado momento del día. Como este dispositivo tiene una identificación única, registrar estas comunicaciones permitirá detectar la hora y la ubicación de la conexión. En consecuencia, esto habilitará a deducir que hubo muchas chances de que estas dos personas estuvieran juntas o muy cerca una de la otra.
Las señales que se utilizarán serán preferentemente las de wifi y bluetooth, dado que el GPS no brinda información de contactos, sino de ubicación, algo que a los fines de este caso no es muy importante. Además, el GPS tiene precisión cuando el dispositivo no se encuentra en lugares cerrados.
Sin embargo, el trabajo tiene por delante todo un desarrollo para validar esta herramienta y realizar ensayos. Todavía no se descartó ninguna opción. Para eso, se trabajará con investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas, que evaluarán la eficacia epidemiológica; otros de la Facultad de Ciencias Químicas, que crearán modelos de propagación del virus; y con especialistas de la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación, que aportarán sobre aspectos estadísticos. Para realizar los experimentos y ensayos, se convocará a estudiantes de la UNC.