Un relevamiento en el país detectó que entre el 20 al 31 de marzo disminuyó la realización de los principales análisis cardiovasculares diagnósticos y terapéuticos: 80% menos coronariografías
(cateterismos) y 68% menos de angioplastias en pacientes con infarto agudo de miocardio
Si bien el aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto para combatir la pandemia del Covid-19 ha dado sus primeros frutos mostrando un menor nivel de contagios y de fallecimientos que el proyectado, a los especialistas en cardiología les preocupa el impacto que todo este contexto puede tener en la salud cardiovascular.
Cifras concretas evidencian que mucha gente restringió al mínimo las consultas (aun las que se realizan mediante telemedicina) y disminuyeron las visitas de urgencia a las guardias y los procedimientos por cateterismo, tanto los diagnósticos como los terapéuticos.
Según datos de la iniciativa ‘Stent-Save a Life’, un relevamiento mundial del que participa Argentina, entre el 20 y el 31 de marzo “cayó dramáticamente la realización de los principales estudios cardiovasculares diagnósticos y terapéuticos en nuestro país respecto de los primeros 19 días de ese mismo mes: se efectuaron un 75% menos de angioplastias coronarias (ATC), un 80% menos de coronariografías (CCG, comúnmente llamadas ‘cateterismos’) y un 68% menos de angioplastias en pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMST), que son urgencias médicas en las que el infarto produce una isquemia prolongada con afectación importante en el músculo cardíaco y con alto riesgo de muerte”.
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) instó a que las personas -ante cualquier duda- consulten a sus médicos de cabecera, y aquellos con síntomas coronarios se contacten en forma inmediata con su sistema de emergencias o acudan a la guardia más cercana.
El CACI alertó sobre el riesgo de un aumento en la mortalidad de origen cardiovascular, “un grupo de afecciones que en Argentina producen casi 100 mil muertes al año, mayoritariamente debido a la falta de consultas a tiempo”.
“No estamos para nada en contra del aislamiento, sólo queremos evitar que pacientes coronarios mueran en sus casas sin recibir atención médica. La disminución de las llamadas y concurrencia a emergencias significa, indefectiblemente, que hay personas con síntomas aguardando a que estos reviertan solos, porque no llaman a su médico o tienen miedo de ir a la guardia de un centro asistencial. Deben saber que los hospitales son sitios seguros, preparados para recibir a los pacientes que lo necesitan con todos los protocolos de seguridad que amerita esta pandemia”, sostuvo Diego Grinfeld, presidente del CACI.
“El CACI brinda información a todos los especialistas del país sobre las normas de seguridad recomendadas durante los procedimientos (tanto diagnósticos como terapéuticos), normas destinadas a brindar máxima protección tanto al equipo de salud como a los propios pacientes. De manera tal que en todos los rincones del país se utilizan las mismas medidas de protección”, afirmó la entidad que nuclea a los galenos.
Temor a contagiarse Covid-19
Entre otras causas, los especialistas atribuyen la disminución de las consultas al temor de las personas a contagiarse el coronavirus en el hospital, la preocupación de tener problemas para movilizarse, la creencia de que su médico de cabecera no estará disponible o la decisión del paciente de postergar estudios y consultas hasta que termine el aislamiento.
“En otras partes del mundo está presentándose una situación similar, generando gran preocupación sobre la salud de los pacientes con enfermedad cerebrovascular, más allá del coronavirus. Tengamos en cuenta que la enfermedad cardiovascular, que involucra al infarto, al accidente cerebrovascular y a la insuficiencia cardíaca, es la primera causa de muerte a nivel mundial y en nuestro país”, declaró por su parte Aníbal Damonte, cardioangiólogo intervencionista, ex presidente del CACI.