Con trabajo mancomunado y coordinación interinstitucional un grupo de empresas, cámaras industriales, una universidad y un ministerio producen 25 mil máscaras de protección facial que son entregadas en diversos nosocomios y centros de atención médica para protección de los profesionales de la salud.
La iniciativa de aunar esfuerzos individuales surgió del Ministerio de Industria, Comercio y Minería de la Provincia de Córdoba, en el marco del programa “Córdoba Productiva y Solidaria”, en donde se coordinaron acciones que ya estaban iniciadas en forma individual por parte del Centro Tecnológico De Arteaga de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CTDA), la Cámara de Industrias Plásticas de Córdoba, y dos industrias locales en coordinación con la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Fiuner).
El proceso significó, en primer lugar, acordar un diseño entre los de cada entidad y priorizar dos cuestiones: bioseguridad y factibilidad de fabricación a partir de inyección de plástico. Se tomó como referencia el diseño aportado por la Fiuner junto a una de las empresas cordobesas, mientras la CTDA y otra industria aplicaron los cambios para asegurar el cumplimiento de las condiciones de manufactura. A continuación, esa empresa realizó la matriz para inyectar los materiales necesarios e inició en tiempo récord la fabricación de las máscaras.
El Centro Tecnológico De Arteaga de la CIMCC intervino además en la gestión del troquelado de las primeras 10 mil láminas de PVC transparente donadas por la Cámara de Industrias Plásticas y colaboró en la coordinación del grupo de trabajo. Por último, un equipo industrial desarrolló y gestionó la producción de las piezas de ajuste trasero y se encargó de desinfectar, ensamblar y embalar las máscaras para su entrega.
La ventaja de este proceso productivo puesto en marcha es doble: por un lado, se logró un producto que contempla las principales medidas de bioseguridad en relación a materiales, diseño, proceso productivo y ensamblaje y, por otro, posibilitó la capacidad de producción en mayor volumen que el sistema de impresión 3D.