ESCUCHARPor Marcelo Bee Sellarés*
Recuperar la confianza entre los argentinos es nuestro mayor desafío, si pretendemos proyectarnos a un futuro previsible como sociedad. Para ello, nuestra clase dirigente debe acortar esa brecha de distancia que nos separa no solo económica sino cultural, para de esta forma recuperar el capital social dando respuestas a los reclamos de la ciudadanía.
¿Cómo lo hacemos? En primer lugar, es necesario recuperar la confianza interpersonal, que es aquella que nos une con todos y cada uno de los que conforman no solo nuestro círculo más cercano sino por el contrario aquellos que no lo conforman y con los cuales interaccionamos en la vida cotidiana.
Esta, es un pilar básico de recuperación y se da sobre una construcción cultural basada en la educación, formación y predisposición al diálogo, aceptando nuestras diferencias, de las cuales debe surgir el deber de lograr los consensos y entendimientos de una interacción que nos sirva para crecer como sociedad.
De no alcanzarla, seguiremos desconectados entre nosotros mismos con las consecuencias de una escasa participación y control en la vida pública, unido a un dato más preocupante que es la indiferencia de lo que pasa fuera de nuestro entorno. Este cuadro que se retroalimenta y nos erosiona como sociedad nos provoca un aislamiento y nos lleva a un individualismo extremo donde cada uno intenta salvarse por sobre el otro ocasionado un impacto en el desarrollo social y económico de nuestro país.
Las instituciones juegan un rol fundamental en esta recuperación y la baja confianza de la sociedad en estas degrada nuestra democracia. No se encuentra en juego la legitimidad de las instituciones todo lo contrario, lo que las erosiona es su falta de respuesta oportuna a las demandas sociales y su permeabilidad a la influencia de factores externos al cumplimiento de sus objetivos.
Nos cuesta comprender como sociedad que sin instituciones sólidas no solo aumenta el grado de desconfianza de la sociedad sino que es imposible lograr y consolidar un desarrollo económico , social y cultural en condiciones de igualdad. Si las instituciones no cumplen en lo que a ellas respecta, en afianzar el contrato social y brindarnos un futuro previsible y de seguridad, la sociedad busca otras alternativas o soluciones a sus problemas, aunque quienes las propongan saben que nunca las podrán cumplir.
De esta recuperación también dependerá la consolidación y evolución de nuestra democracia como sistema, la cual nos permite el reconocimiento y ejercicio de garantías y derechos que ya hoy nadie discute. Sin embargo atravesamos un momento de expansión de derechos, de nuevas demandas sociales, de nuevas minorías vinculadas a la igualdad, la equidad, el género, los servicios, la transparencia y los vulnerables entre otros, de la cual todos como sociedad debemos comprometernos.
La confianza se recupera desde la sociedad civil con participación y control ciudadano en los asuntos públicos, con nuestro compromiso en el cumplimiento de la ley, con el reconocimiento de lo que somos como sociedad y no de lo que deseamos ser. Este puede ser un buen punto de partida para volver a una cultura de la legalidad pensando en un camino de esperanza para nuestro presente y las futuras generaciones.
* Abogado – Especialista en Derecho Administrativo.
